A pesar de tener propiedades similares a un hielo común y corriente, la nieve carbónica o mejor conocido como hielo seco es muy distinto a los ordinarios y eso se debe a su composición. Aunque ambos son fríos y de color blanquizco, no están conformados por los mismos elementos.
Como bien sabemos, el hielo está compuesto por agua (H2O) en estado sólido que ocurre cuando ésta llega a una temperatura de 0°C . Sin embargo, en el caso del hielo seco, es completamente distinto, pues se trata de dióxido de carbono (CO2) en estado sólido que a presión atmosférica se encuentra a una temperatura de -78.5ºC.
Cuando un cubo o trozo de hielo se derrite, este pasa a estado líquido, pero en el caso del "seco", cuando se sublima, pasa de sólido a gas y por lo tanto no deja residuo de humedad.
¿Para qué sirve el hielo seco?
La utilidad de este objeto tiene múltiples funciones que a continuación mencionaremos:
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- También se ha extendido mucho su uso en restauración y alta cocina de vanguardia.
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- Limpieza criogénica, ideal para la limpieza de productos sensibles a la humedad como aparatos eléctricos, cuadros térmicos, entre otros.
Precaución en el uso de hielo seco
Al ser extremadamente frío y alcanzar temperaturas alrededor de -78.5ºC se recomienda manejarlo con precaución debido a que puede producir quemaduras por frío o congelación. Asimismo, es asfixiante a altas concentraciones.
Es importante su manipulación con precaución antes de usarlo. Para ello se recomienda el uso de usa guantes aislantes, gafas de seguridad y pinzas.
No se debe almacenar o use el hielo seco en espacios cerrados sin ventilación. La sublimación puede provocar un desplazamiento del oxígeno y en lugares pequeños sin ventilación puede provocar la asfixia accidental.
También se recomienda no guardarlo en recipientes herméticos: una temperatura ambiental media-alta (20º o más) puede provocar la explosión accidental del recipiente.
lhp