Sigmund Freud nació el 6 de mayo de 1856 en Moravia, una de las tres regiones que componen la República Checa, específicamente en la localidad de Freiberg. Cuando Freud tenía 17 años, su familia (conformada por sus padres y cinco hermanos menores) tuvo que trasladarse a Viena para que el negocio encabezado por su padre prosperara.
Una vez instalado en la ciudad austriaca, a pesar de las dificultades económicas por las que atravesaba en esa época, ingresó en la Universidad de Viena para estudiar medicina. Fue en este lugar donde debió enfrentar diferentes obstáculos por el hecho de ser judío, a pesar de que siempre fue educado al margen de cualquier idea religiosa. La difícil situación lo obligó a cambiarse el nombre que se le otorgó en su nacimiento (Sigismund) por el que conocemos actualmente.
Sus estudios sobre la mente y la psique
Para 1884 y 1887, Freud ya se encontraba publicando una serie de artículos en los que abordaba el uso de estupefacientes con fines terapéuticos. Uno de los más conocidos es aquel en el que propone el uso de la cocaína, en el que ofrecía una serie de datos sobre la historia del uso de la planta en regiones de Sudamérica.
Sigmund consumió cocaína sin ningún reparo durante 12 años, pues estaba convencido de que curaba problemas como el asma y las migrañas, la adicción a la morfina y que era un excelente estimulante mental. A pesar de que nunca se consideró dependiente de la sustancia, después de la muerte de su padre dejó de consumirla.
Sus estudios sobre la mente humana comenzaron a dar frutos en los últimos años del siglo. No fue hasta 1900 que las técnicas de hipnosis y método catártico para las terapias mentales fue un éxito que revolucionó el área de la psicología.
¿Cuál fue su legado?
En 1889, “La interpretación de los sueños” fue publicado y, hasta el momento, es considerada una de las obras principales para el psicoanálisis. En este libro, Freud aborda los problemas emocionales y mentales desde la infancia, mismos que puede interpretarse a través de los sueños, tal como dice el título.
De acuerdo con él, el paciente en cuestión debía recostarse en el diván para contarle sus pensamientos, emociones y recuerdos sin ningún tipo de filtro, con la intención de que él pudiera navegar en la mente de quien acudía a él y revelar el origen de sus motivaciones.
Gracias a sus investigaciones y a los avances que estos representaron para el estudio y la comprensión de la mente humana es que se le conoce como “el padre del psicoanálisis” y como una de las figuras más importantes de la ciencia del siglo XX. Otras de sus obras más reconocidas son “Introducción al psicoanálisis”, publicado en 1917; “Tres ensayos sobre teoría sexual”, publicado en 1905; “El yo y el ello”, publicado en 1923 y “El malestar en la cultura”, publicado en 1930.
El legado del científico terminó el 23 de septiembre de 1939, luego de ser diagnosticado con cáncer de paladar en 1923. Los últimos años de su vida los pasó en Londres, pues huyó del régimen nazi que ponía en riesgo su integridad.
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