El 17 de octubre se conmemoraron dos años desde el llamado "jueves negro" o "Culiacanazo"; una efeméride que se va directo al recuerdo del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador. Se trató de un operativo fallido en el que se pretendía la detención de Ovidio Guzmán López, uno de los hijos del mundialmente conocido Joaquín "El Chapo" Guzmán.
Ese día las calles de Culiacán, Sinaloa se convirtieron en campo de batalla entre los miembros del crimen organizado, principalmente del Cártel de Sinaloa, que sin pensarlo abrieron fuego contra elementos del Ejército y la policía local, sin importar que cientos de civiles quedaran en medio.
La tarde de ese jueves, las redes sociales comenzaron a llenarse de fotografías y videos de comandos fuertemente armados recorriendo sin problema las calles de la capital del estado, se vio el terror de la gente, padres dando instrucciones a sus hijos sobre permanecer pecho tierra, hordas corriendo hacia centros comerciales para resguardarse y otros más heridos sobre el asfalto.
La ciudad estaba tomada, las fuerzas del Estado rebasadas y los ciudadanos acorralados, a pesar de que un grupo militar llegó hasta la casa de Ovidio, la orden fue dejarlo en libertad con la condición de que "su gente" detuviera los ataques.
Los narcotraficantes no nos cuidan
Así, a dos años de aquel sitio, los periodistas Marcos Vizcarra y Luis Brito rodaron el documental "El día que perdimos la ciudad", que es una producción de la organización civil Iniciativa Sinaloa A.C, además cuenta con el apoyo del Fondo Resiliencia y el programa Global Initiative Against Transnational Organized Crime.
Dicho material esta disponible de forma gratuita en YouTube, y en él se les da la voz a las víctimas del secuestro de Culiacán, a quienes vivieron el cruce de las balas, a los ciudadanos que pensaban que el crimen organizado estaban para cuidarlos y protegerlos, pero se dieron cuenta que no es así, que están en el desamparo y bajo las voluntades de organizaciones que no les tienen el más mínimo respeto.
Aquí vamos a dejar el documental de poco más de 30 minutos en el que las víctimas hablan del día en el que perdieron la ciudad.