“El Juego del Calamar” se ha convertido en un fenómeno mundial. La más reciente serie coreana de Netflix se perfila ya para ser una de las más vistas en la historia de la famosa plataforma de streaming debido a que tiene una trama que te atrapa a pesar de que ha sido considerada extremadamente violenta por algunos críticos y consumidores.
La serie se estrenó hace un par de semanas y sus nueve capítulos ya están disponibles desde entonces; en cada uno de ellos podemos ver cómo gente llena de deudas y al borde de la desesperación accede a participar en versiones sádicas de seis juegos infantiles populares en Corea. Quienes ganan la ronda, pasan a la siguiente, pero los que no, además de perder el juego, mueren a manos de un escuadrón armado. Al final, quien gane se lleva una estratosférica cantidad, suficiente para resolver sus problemas.
En “El Juego del Calamar” salen juegos como el del semáforo, en el que una persona toma este rol y grita verde o rojo, y si alguien se mueve, es eliminado; también pudimos conocer un juego tradicional de Corea en el que los niños deben cortar (sin romper) la figura que está dentro de una galleta.
“El Juego del Calamar” es un éxito en México
La serie de Hwang Dong-hyuk ha causado revuelo en todo el mundo, y en nuestro país no ha sido la excepción, pues los usuarios de redes sociales ya hicieron muchísimos memes e incluso han empezado a imaginar cómo sería la versión mexicana de la exitosa producción de Netflix.
Las propuestas simplemente son hilarantes, pues si en Corea tienen a su terrorífica muñeca gigante diciendo "luz verde, luz roja" y fungiendo como verdugo en el primer juego; aquí en México proponen que sea Lele, la tradicional muñeca otomí, quien cumpla ese papel. Además, la galleta Dalgona de la serie nada le pide a nuestros mazapanes de cacahuate, ya que sería un reto de vida o muerte el poder sacarlo de su empaque sin que se rompa.
Otros usuarios proponen que la versión mexicana de "El Juego del Calamar" contemple el tradicional juego de las sillas, ese en el que los jugadores corren alrededor de los asientos (que son uno menos de la cantidad de participantes). Alguien más pone música y en el momento en que para, las personas deben alcanzar a sentarse, el que se quede parado pierde y es eliminado, al igual que una silla.
Y obviamente, en la versión mexicana de "El Juego del Calamar" no podía faltar uno de los retos que todos los mexicanos han intentado pero que muy pocos han logrado con éxito: bailar el "Payaso de rodeo" de Caballo Dorado sin pisar a tu vecino y dando la vuelta hacia el lado correcto.
Otro de los juegos muy mexicanos que no podrían faltar tampoco son los tazos, esos platillos de plástico y metal que se hicieron famosos allá por los 90 y que salían en las bolsas de papas fritas, con los cuales formabas una torre y golpeabas desde arriba con un tazo. el que lograra voltear más, se los quedaba. Muchos millennials crecieron jugando tazos en la primaria y no es mentira, terminaron muchas bonitas amistades por su culpa.
¿Qué otros juegos o tradiciones mexicanos crees que podrían formar parte de nuestra versión de "El Juego del Calamar"?