XBOX SERIES S

Xbox Series S: conoce las características de la cajita de sorpresas que te llevará a la nueva generación


A veces las cosas buenas vienen en empaques pequeños y este es el caso de la nueva consola Xbox Series S ¡No dejes que su tamaño te engañe!

TECNOLOGÍA

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Con la nueva generación de consolas, Xbox decidió sacar dos versiones al mercado, una, el Series X, enfocada en gamers más hardcore que le exigen al máximo a sus consolas y la segunda, el Series S, que es más económica y está enfocada en todos los jugadores casuales que se quieran introducir a esta nueva etapa que llegará a las tiendas el próximo 10 de noviembre.

Afortunadamente en El Heraldo de México, ya pudimos probar ambas consolas y aquí te contamos todo sobre la nueva hermana menor de este par, que es sin duda la consola más pequeña que ha hecho Xbox hasta ahora. Si quieres leer sobre el Series X, te invitamos también a visitar nuestro review.

Enfocado a la experiencia

Desde que llega la consola y abre uno la caja, se siente la experiencia que Xbox está buscando entregar a sus jugadores. Al igual que en la hermana mayor de la Serie S, al abrir el paquete encontrarás la consola directamente frente a ti, luciendo entre sus protecciones y lista para usarse.

Sólo tendrás que sacar fácilmente control con pilas y el cableado de la consola para conectarlo y empezar a jugar, sin estar desenvolviendo muchas cosas y sacando cajas de las cajas. Pasemos a sus características de uso (si quieres saber más sobre el aspecto físico, te invitamos a ver nuestro unboxing).

Mucho poder para tan pequeño tamaño

Al encenderlo, el Series S –al igual que el X–, presenta una elegante pantalla negra con el logo en blanco y su distinguido sonido de arranque nuevo, que dura unos segundos y te lleva directo al menú. La interfaz es muy similar a la del Xbox One, porque el enfoque era que el usuario no tuviera que acostumbrarse a un nuevo sistema y pudiera empezar a usar la consola a su antojo.

Lo que destaca aquí son los nuevos fondos dinámicos, exclusivos de las Series X|S, que ahora son animados y abren la puerta a tener diseños de nuestras franquicias favoritas; como tener a Ori armonizando con el bosque mientras estamos seleccionando un título, pero habrá que esperar a que se empiecen a crear esos contenidos.

En cuanto a datos técnicos, el Xbox Series S tiene un poder computacional de 4 Teraflops, gracias a su procesador y a su unidad de procesamiento gráfico (GPU), esto combinado con la memoria RAM de 10GB y el Disco de Estado Sólido de 512GB, la hacen una buena opción para ingresar a la siguiente generación, por su capacidad en el frame rate y mayor velocidad, aunque no ofrece 4K nativo.

Su resolución nativa es de 1440p, escalable a 4K, por lo que en teoría un Xbox One X es más poderoso en el rubro, pero esta pequeña consola ya ofrece la capacidad de jugar a 120 cuadros por segundo y DirectX Raytracing, lo que mejora significativamente la experiencia y podría hacer que valga la pena el sacrificio en la resolución.

Cabe mencionar, que al igual que su hermana mayor, la Series S es muy silenciosa. De no ser por estar jugando directamente y/o el indicador de encendido en el botón de la consola, es prácticamente imposible saber que esté prendida por el ruido. Tampoco sufre en gran medida por la temperatura, sólo en la zona del ventilador llega a calentarse cuando se le exige mucho, pero en muy poco tiempo volverá a la normalidad nuevamente con su sistema de enfriamiento.

Almacenamiento

El SSD es de 512GB sin contar el sistema operativo, por lo que los números reales bajan a 364GB, lo que supone que se podría llenar con poco más de 3 juegos AAA, que cada vez pesan más cerca de los 100 GB. Claro que con otro tipo de juegos no es lo mismo, podrían caber unos 7 títulos de Assassin’s Creed, o muchos más en juegos pequeños como Ori and the Will of the Wisps.

Por otro lado, está la opción de conectarle una tarjeta de expansión de almacenamiento, que ya existe y agregaría otro TB, aunque la mala es que cuesta más de 6 mil pesos. También es compatible con otro tipo de discos duros externos, pero con algunas limitaciones de capacidad, por ejemplo, no funcionaría el maravilloso Quick Resume y los tiempos de carga evidentemente serían más lentos.

El ‘nuevo’ control

Antes de entrar a temas de software, tenemos que hablar del ‘nuevo’ control. Este mando es básicamente el que teníamos en Xbox One, pero con un par de detalles nuevos. Al haber sido tan popular en la generación anterior, la compañía que dirige Phil Spencer decidió no moverle mucho a algo que no necesita mayores cambios.

Lo más relevante sin duda es el botón de compartir, situado en el centro del mando. Este sirve para capturar fotos y videos de tus partidas y compartirlas directamente desde tu consola a redes sociales, tu perfil de Xbox Live o incluso guardarlas en One Drive.

Además, el grip que antes se limitaba a una parte de los agarres del control, ahora los cubren completo e incluso podemos encontrarlo en los gatillos con su textura rugosa que evita que se resbale.

El puerto de conexión también cambió, pasando de ser mini USB a un tipo C, lo que sin duda hará más rápida la carga una vez que salgan al mercado las baterías recargables para este modelo, aunque por lo pronto siguen funcionando con pilas AA. Por cierto, en nuestro caso, tras probarlo cerca de una semana, las pilas AA empezaron a agotarse, por lo que recomendamos por practicidad y ecología, conseguir las recargables cuando las haya.

Por último, el D-Pad también recibió una pequeña transformación y ahora es un círculo completo con las direcciones en relieve, que te ayudarán con la precisión en ciertos juegos. Hay otro cambio que probablemente poca gente note, que es que el control es un poco más compacto que el anterior, pero sólo por cuestión milimétrica.

Chico pero veloz

Tal vez no es tan veloz como el Series X, evidentemente, pero sigue siendo bastante notable contra la generación pasada. Generalmente no pasa ni un minuto para que ya estemos jugando y los tiempos de carga entre pantallas o viajes rápidos también son mucho menores que sus antecesores.

Comparándolo con el Xbox One S, es brutalmente superior. La resolución de 1440p escalada a 4K, pero a 60fps, con Raytracing y HDR se ve mucho más nítida que la generación anterior. Obviamente la hermana mayor está un escalón arriba, pero esta es sin duda una gran opción y más por el precio.

Tal vez la cartera de juegos sea lo más débil para Xbox Series S, no por falta de juegos, pero sí porque no hay aún una abundancia de desarrollos de nueva generación terminados. Lo que sí es que con Game Pass y los juegos retrocompatibles, podrás sacarle provecho un buen rato en lo que empiezan a llegar esos lanzamientos, pues tendrás acceso a 4 generaciones de juegos desde la consola Xbox original, 360 y One.

Smart Delivery y Quick Resume

Todos estos juegos tendrán mejoras de resolución, estabilidad y hasta HDR, por lo que lucirán mejor que nunca en tu Series S. Y por si esto fuera poco, el programa de Smart Delivery promete darte la mejor versión del juego que compres, en la consola en que lo juegues, por lo que si ahora compras Assassin’s Creed: Valhalla para Xbox One, cuando cambies a la nueva generación, tendrás la versión de Series S gratis.

Cabe recordar que esta consola es 100% digital, por lo que todos sus títulos serán descargados, algo que limitaría la oferta retrocompatible de los juegos que ya tengas en disco, aunque esto podría cambiar si es que Xbox implementa una medida eventualmente para preservar esos juegos, algo que han mencionado que es importante para ellos.

Finalmente, una de las mayores bondades de esta generación de Xbox es el Quick Resume. Esta nueva implementación nos permitirá dejar juegos suspendidos en un punto, abrir nuevos y luego retomar desde ese punto, sin necesidad de cargar el juego de nuevo.

De esta manera podemos tener 5-6 juegos abiertos al mismo tiempo, algo que sin duda agradecerán en familias grandes, en donde cada integrante juega algo distinto y todos podrán empezar a jugar en segundos, sin cargar cada juego, retomándolo desde donde lo hayan dejado (así sea cayendo desde un precipicio hacia una inevitable tragedia).

Esto es la muestra más clara del poder que tiene esta máquina, que carga en segundos todo un escenario y puede brincar de uno a otro sin mayor esfuerzo. Incluso desde apagada, con sólo algunos segundos ya podrás estar jugando algo, cambiar a otra cosa y la consola ni se inmuta.

Conclusión

Esta consola está pensada para un público casual, que esté más enfocado en divertirse cuando juega y no le exige lo máximo a la máquina necesariamente. Tiene mejoras visuales y de desempeño, que no son tan fuertes como el Series X, pero sí mejoran significativamente la experiencia de la generación anterior.

El Quick Resume definitivamente es un cambio y en general la experiencia de velocidad, sobre todo comparado con el Xbox One S, es impresionante que desde que la iniciamos a que empezamos a jugar no pasa ni un minuto y parece increíble lo que podíamos llegar a esperar antes.

Es una muy buena inversión, para entrar a la nueva generación, sacrificando el 4K por un mejor rendimiento y sin gastar mucho dinero. También resaltar lo pequeña que es, que podría ser portátil incluso; hay libros de mesa de centro que seguramente son más grandes que esta consola.

Las Xbox Series S y X llegarán al mercado este 10 de noviembre, por un precio de $8,499 y $13,999 pesos respectivamente, para cortar oficialmente el lazo que inaugura la apertura de la nueva generación de consolas.

Por Montserrat Simó Ramos