Ayer, la presidenta Claudia Sheinbaum dio un mensaje en el Zócalo por sus primeros 100 días de gobierno. Aprobada por siete de cada 10 mexicanos, su gobierno vive una luna de miel y ella goza de alta popularidad.
El corte de caja, claro, tenía como intención hablar de lo ya avanzado y marcar el camino de lo que vendrá. Pero, por encima de eso, el propósito fue otro: disipar cualquier duda de distanciamiento con el proyecto lopezobradorista. El destinatario del mensaje, pues, era uno: López Obrador y con él, los puros que se asumen custodios del legado del tabasqueño.
Se trataba, pues, no solo para eliminar cualquier resquicio de duda, sino ganar margen de maniobra en el ejercicio de gobierno, al que la Presidenta llegó acotada por varios frentes. AMLO le dejó un camino cercado, con posiciones estratégicas ya tomadas -las coordinaciones parlamentarias, Hacienda, FGR, UIF, la dirigencia del partido…-, una agenda legislativa marcada, una economía sostenida con alfileres, la relación con nuestro principal socio -Estados Unidos- descompuesta, un clima de violencia e inseguridad fuera de control, y un largo etcétera.
La Presidenta, la persona más votada en la historia, que debía poder tomar con holgura las riendas del poder, cuidó estos primeros 100 días la estabilidad, y para lograrlo, se recargó en la continuidad. Ayer la reafirmó.
“Se cumplen 100 días desde que dio inicio el ‘Segundo Piso de la Cuarta Transformación’”, comenzó su mensaje.
“¿Por qué le llamamos ‘Segundo Piso de la Cuarta Transformación’?”, preguntó al arranque de su informe. Ella misma se respondió: “Porque los cimientos, la base, las puso el mejor presidente: Andrés Manuel López Obrador, y a nosotros nos toca consolidar, sumar y avanzar con el segundo piso, con la raíz bien firme y el corazón por delante.
“Nos critican algunos medios, la comentocracia: “¿por qué no nos diferenciamos?, ¿por qué defendemos los Programas de Bienestar o las obras estratégicas?, ¿por qué hay continuidad en el proyecto?
“Pero, si siempre lo dijimos, ¿cuál sorpresa?, por eso luchamos durante todos estos años. Para eso nos eligieron, para dar continuidad a la Transformación de la Vida Pública de México, iniciada en el año 2018”, señaló.
El mensaje era para los despistados, pero sobre para López Obrador. Que no haya duda: ni distancia, ni mucho menos rompimiento.
Y abundó: “Insisto, deseaban algunos que no cumpliéramos con nuestro compromiso. No sé qué esperaban, ¿que dijera una cosa y actuara de otra forma?¿Que me comprometiera en campaña con el pueblo y después lo traicionara? Pues se van a quedar con las ganas, porque nosotros, las y los que tenemos palabra, las y los que no mentimos, las y los que no robamos, no somos como ellos”, apuntó.
El mensaje político estaba dado. Las dudas, disipadas. Después vino un rosario de datos, conceptos, proyectos y ejes de gobierno. Muchos, fraseos del sexenio que se fue. Otros, de la actual presidenta. También se presumieron “logros” de López Obrador y se le dio su lugar como líder de la 4T. Habrá tiempo para el análisis de las cifras y afirmaciones esgrimidas. Hubo de todo. Pero lo fundamental ayer era afianzar a las bases, aproximarse aún más al lopezobradorismo y enviar al tabasqueño la señal de continuidad: su legado está a salvo. Por ahora, al menos.
POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
@MLOPEZSANMARTIN
EEZ