Hemos hablado anteriormente de los tipos de apego que desarrollamos en la relación primaria, esto tiene que ver con sentirse esperado, bienvenido y haberse experimentado protegido, cuidado, aceptado. Haber vivido en un ambiente confuso, no consistente, crítico y hostil, muchas veces provoca percibirse o sentirse violentado, no respetado, desvalorado, no aceptado, lo cual enfatiza el riesgo de repetir esta dinámica una y otra vez que se establecen vínculos relacionales con apego afectivo, sean familiares, sociales o laborales. Lo cual debemos comprender y relacionar con la dificultad para cuidar, establecer y proteger los límites.
Al desarrollar (Apego ansioso evitativo, ambivalente y desorganizado) lo que se está gestando es la insatisfacción, pues la no consistencia, invalidación, crítica hace experimentar esas relaciones con incertidumbre, miedo, desconfianza, culpa, vergüenza, enojo y eso activa un estado de alerta y vigilancia que sí es constante e intensa nos impide mostrarnos auténticos mermando con ello el goce del placer de la vida o de dicha relación, propiciando a veces luchas destructivas por el poder, plagadas de manipulación y dolor.
Considera que de las relaciones satisfactorias surge la confianza y seguridad lo cual fortalece el poder lograr aquello que nos proponemos, por lo que, si te das cuenta aquí, que tu manera de desarrollar apego en tus relaciones está llevándote a establecer vínculos que te hacen sentir insegura/o, desconfiada/o, culpable, con miedo o enojada/o, no escuchado, incomprendido, es un gran momento para realizar un cambio y reconectarte contigo mismo, para ello es necesario que seas un observador de tus pensamientos, emociones para actuar en consecuencia, con determinación y responsabilidad.
El primer paso para lograr relaciones que nos provean la sensación de vida plena es necesario que antes de decidir iniciar la vida amorosa con otra persona, busquemos aprender a conocernos (Que piensas, que sientes, que haces y dices en relación a que o quien).
Al no ofrecernos a nosotros mismos lo que nos hubiera gustado recibir, indistintamente correremos el riesgo de relacionarnos desde la ilusión y expectativa, ya que las carencias afectivas primarias conducen a mantener el deseo de encontrar la relación perfecta que nos haga sentir aceptados. Lógicamente existen muchos factores que intervienen y dificultan las relaciones. Por ejemplo: Cuando las demandas internas y externas de los participantes en una relación no coinciden, puede surgir el choque, el conflicto, la crisis, y es ahí en donde se pone a prueba al amor, los acuerdos, compromisos, el respeto, ¡al no lograrse!, surgirá muy posiblemente la insatisfacción, desilusión o sensación de haber sido engañado, desencadenando una lucha de poder entre la necesidad y el deseo de obtener lo que se imaginó, esto muchas veces impide disfrutar, reconocer, agradecer lo que se tiene y aquello que se recibe.
POR MARIA ISABEL ROMERO
MAESTRA PSICOLOGÍA CLÍNICA MARÍA ISABEL ROMERO LÓPEZ
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