Se cumple una década de la desaparición de los 43 muchachos de la Normal Rural Isidro Burgos, de Ayotzinapa, Guerrero, y el gobierno de Andrés López Obrador, que supuestamente iba a resolver el caso, simplemente llegó a la misma conclusión que el otrora Procurador General de la República Jesús Murillo Karam.
Ayer el mandatario, cuya estancia formal en la Presidencia termina el martes, aclaró que “no existe ninguna prueba de que el Ejército haya participado en la desaparición de los jóvenes”.
Validó así la versión del ex procurador, a quien encarceló en agosto de 2022 bajo cargos de desaparición forzada, tortura y contra la administración de justicia, y al que en abril de este 2024 liberaron para cumplir prisión domiciliaria.
Es decir: el crimen contra los 43 de Ayotzinapa fue cometido por el cártel Guerreros Unidos en colusión con la policía municipal de Iguala, al mando de quien era alcalde de Iguala, José Luis Abarca, postulado al cargo precisamente por López Obrador, y ahora preso.
No sólo es una patraña que el Ejército haya participado en el secuestro y homicidio de los 43, el 26 de septiembre de 2014, toda vez que hay testimonios en el expediente HID/SC/02/0993/2014 que apuntan a que sin la intervención de militares algunos de los sobrevivientes no hubieran podido contar con auxilio médico y salvar sus vidas.
Yonifer Barrera Cardoso, quien sobrevivió a la noche negra de Iguala, testificó: “Después de 10 minutos llegaron elementos del Ejército. Le hicimos del conocimiento que se encontraba herido un compañero de la boca y que necesitábamos una ambulancia (…), por lo que elementos del mismo Ejército Mexicano pidieron la ambulancia para que llevara nuestro compañero lesionado de la boca, a otro lugar”.
Más aún, ninguno de los sobrevivientes denunció ante el MP a un solo miembro de las fuerzas armadas y sólo reconocen como sus agresores a policías municipales.
La versión de que militares participaron fue una siniestra mentira de quienes sacaron mucha raja política del caso, como el propio López Obrador, Alejandro Encinas de penoso paso por la Comisión para la Verdad del caso Ayotzinapa; y Epigmenio Ibarra, matraquero y propagandista del bienestar, entre otros.
Al menos estos dos últimos repitieron tanto esa mentira durante los últimos 10 años, que ahora es difícil que los familiares de las víctimas acepten la verdad, que hasta ahora sigue siendo la de Murillo Karam.
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EN EL VISOR: Se suma otro apellido a las familias de Morena, donde dicen que no aceptan nepotismo. Los Yunes se mudan a ese partido después de que el senador Miguel Ángel Yunes Márquez votó a favor de las reformas judicial y de la Guardia Nacional. Además de su padre y suplente, Miguel Ángel Yunes Linares, pronto se integrará al morenismo su hermano, el diputado electo al congreso de Veracruz Fernando Yunes. No llega sólo, se lleva a Indira Rosales San Román, aún secretaria del Comité Estatal del PAN.
POR: RAYMUNDO SÁNCHEZ PATLÁN
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MAAZ