Luego de la meticulosa acción contra el grupo islámico Hezbolá en Líbano, por la cual cientos de beepers (pagers) y walkie talkies explotaron en las manos, caras y pantalones de cientos de terroristas, matando al menos a 21 de ellos en dos días y dejando a cientos más en estado crítico, se ha exhibido una nueva faceta de ataque que hoy asombra y que por muchos fue aplaudida; pero que inevitablemente abre también una vertiente inédita de riesgo para Occidente. ¿Qué riesgo? Que los aparatos de comunicación personal pueden explotarse a distancia.
Y si hay algo que a los terroristas les gusta es causar pánico inesperado, utilizando métodos que pasan desapercibidos. Por lo tanto, el riesgo de que ocurra un ataque terrorista coordinado vía los teléfonos celulares (o los autos hiperconectados), se incrementó notoriamente desde ayer.
A partir de ahora, y dadas las tensiones prevalentes en todo el mundo, será necesario que las fábricas de celulares en China, India, Corea del Sur o México estén selladas y sean supervisadas 24/7 por parte de personal certificado. Lo peor que podría pasar es que los terroristas hagan ingeniería en reversa y descifren el método usado contra ellos. Es un escenario ya no tan lejano… en un par de años podríamos tener un episodio como el de Beirut en Los Ángeles, Miami o Londres, pero con la población civil.
Algunas versiones de lo ocurrido en Líbano apuntan a que quien perpetró este ataque pudo intervenir la cadena de suministro de los beepers y walkie toalkies explotados. Si esto es así, todo Occidente está en riesgo en tanto no se blinden no solo las fábricas de celulares, tabletas y laptops, sino también sus almacenes, tractocamiones y servicios de entrega de última milla. El riesgo es real, pues los terroristas no focalizan sus ataques hacia grupos de gente identificada. A ellos les basta dispersar pánico entre la población civil.
Ayer el Financial Times reportó que dos ex agentes israelíes aseguraron que una posibilidad del ataque reciente es que los explosivos estaban insertados en la baterías de los beepers, un método que las agencias de inteligencia occidentales temen que “sea utilizado por terroristas en líneas aéreas comerciales”.
Asimismo, Andrew Griffin, de la agencia AFP reportó que “la naturaleza novedosa y sorpresiva del ataque ha originado que algunos se pregunten si esto abre un nuevo frente de guerra, y muchos se preguntan si esto significa que todos nuestros aparatos electrónicos pueden ser considerados seguros […] Este ataque puede ser un signo de lo que podría ocurrir en el futuro”.
AEROMÉXICO
La línea de dirige Andrés Conesa presentó al Sindicato de Pilotos ASPA una propuesta para que “todos los pilotos gocen niveles de compensación superiores a los que se tenían antes de la emergencia sanitaria por COVID-19”.
POR: CARLOS MOTA
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