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Más Allá del Deporte: La Influencia Geopolítica de los Juegos Olímpicos

Los países anfitriones buscan proyectar una imagen positiva al mundo, destacando sus logros económicos, culturales y sociales, atrayendo inversiones y turismo

Más Allá del Deporte: La Influencia Geopolítica de los Juegos Olímpicos
Natalia Zorrilla Ramoso / Columna invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Los Juegos Olímpicos han sido más que una mera competencia deportiva. Se han convertido en un escenario donde se manifiestan las tensiones y alianzas geopolíticas, reflejando el estado de las relaciones internacionales y, en ocasiones, influyendo en ellas.

El concepto de "poder suave" o "soft power" es clave para entender la relevancia geopolítica de los Juegos Olímpicos. Los países anfitriones buscan proyectar una imagen positiva al mundo, destacando sus logros económicos, culturales y sociales. Es una oportunidad para mostrar estabilidad y desarrollo, atrayendo inversiones y turismo.

China, con los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 y los Juegos de Invierno de 2022, utilizó este evento para fortalecer su imagen global. A través de una impecable organización y el uso de avances tecnológicos, intentó contrarrestar las críticas internacionales sobre derechos humanos y su política exterior, posicionándose como una potencia moderna.

En momentos de tensión, los Juegos reflejan rivalidades geopolíticas. El boicot de Estados Unidos a los Juegos de Moscú 1980, en protesta por la invasión soviética a Afganistán, y la respuesta del bloque del Este boicoteando los Juegos de Los Ángeles 1984, son ejemplos claros de cómo las rivalidades geopolíticas se trasladan al ámbito deportivo. Además, los Juegos de Melbourne 1956 fueron escenario de dos protestas: el boicot de países árabes en respuesta a la crisis de Suez y la retirada de varios países en protesta por la invasión soviética a Hungría.

Más recientemente, las tensiones en torno a los Juegos de Invierno de Beijing 2022 ilustraron cómo las preocupaciones por los derechos humanos y las disputas políticas pueden influir en la participación olímpica. Varios países, incluidos Estados Unidos, Reino Unido y Canadá, llevaron a cabo boicots diplomáticos, enviando un mensaje de desaprobación a las políticas chinas sin impedir la participación de sus atletas.

A pesar de las tensiones, los Juegos pueden servir como plataforma para la diplomacia, como el desfile de las dos Coreas en Pyeongchang 2018, mostrando el potencial del deporte para la reconciliación.

Francia no se queda atrás. La inauguración de París 2024 buscó reflejar una imagen de inclusión y diversidad, destacando los valores de fraternidad y solidaridad en un contexto de creciente tensión social marcada por la migración y racismo. Además, la situación se vio marcada por la prohibición de que los atletas rusos compitieran bajo su propia bandera debido a la invasión de Ucrania. Solo quince atletas rusos, comparados con más de trescientos en Tokio 2021, competirán bajo un estatus neutral. 

En un mundo multipolar y desafiante, los futuros Juegos Olímpicos, como los de Los Ángeles 2028, serán cruciales para que Estados Unidos reafirme su papel internacional, combinando diplomacia y competencia en un entorno geopolítico en evolución.

Por Natalia Zorrilla Ramos

Asociada del Programa de Jóvenes del COMEXI

@n_zorrilla12

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