El líder nacional de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado Rannauro, supuso que Morena y aliados, sabría pagarle hasta con creces los favores que él hizo durante las campañas y aún antes, para que el oficialismo arrasara en las pasadas elecciones del 2 de junio.
Resulta pertinente recordar que personalmente el dirigente naranja operó para que finalmente quedara como candidato presidencial de su partido Jorge Alvarez Maynez, que supo desempeñar su papel de abanderado “patiño” para apuntalar las campañas del oficialismo, haciendo un muy secundario papel porque dados los resultados, la ayuda que ofreció MC no les sirvió de nada a los guindas porque no hizo falta.
De cualquier manera, Dante Delgado tenía que “amarrar” algún cargo y por eso acudió algunas ocasiones a Palacio Nacional. El veracruzano ya se veía manteniendo su escaño en el Senado de la República.
Sin embargo, los fallos tanto del INE como del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le jugaron las contras ya que por primera minoría entraron a la Cámara Alta Luis Donaldo Colosio Riojas, por Nuevo León y Daniel Barreda por Campeche.
En cuanto al reparto plurinominal, Movimiento Ciudadano se llevó tres escaños más que obtuvieron Clemente Castañeda, Alejandra Barrales y de nueva cuenta apareció Colosio Riojas en esta lista. El “quid” del asunto residió en que como Dante Delgado era su suplente, él podría quedar colocado en lugar de Colosio, pero el INE consideró que entre cinco senadores electos no puede haber solamente mujer, -Alejandra Barrales-, por lo que para sustituir precisamente al líder naranja, entró la experredista Amalia García.
Todavía Delgado Rannauro se lamenta profundamente de esta decisión que lo dejó sin escaño, pese a que sus cercanos quisieron consolarlo subiendo a las redes que su líder “ya tiene ganado un lugar en la historia”. Tampoco están conformes en dicho instituto político con la sobrerrepresentación que obtuvo Morena y aliados, pero lo hacen con un argumento tan endeble como inválido y falso: que supuestamente MC se convirtió en la tercera fuerza política.
Obviamente y dados sus “buenos oficios”, Dante Delgado por algún momento supuso que su partido se convertiría en la bisagra que ahora ocupa el PVEM, que mediante militantes como el senador Manuel Velasco, procura asegurar su posición privilegiada frente a Morena.
En la Cámara de Diputados, el partido del tucán ofreció su propio regalo al instituto político guinda para, una vez consumada la sobrerrepresentación, cederle 15 de sus diputados a Morena para que mantenga el control de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados. Así que Dante Delgado se quedó a la deriva porque en el partido mayoritario, cambiaron naranjas por verdes.
POR ADRIANA MORENO CORDERO
COLABORADORA
MAAZ