Les hemos visto en cruceros, afuera de plazas, en parques u otros sitios públicos. Mendigan dinero o un poco de comida. En la tristeza e indignación detonada por la presencia de niñas y niños en condiciones de mendicidad está la oportunidad de ayudarles.
La mendicidad forzosa es una de las once modalidades previstas en la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas y una de las violaciones más atroces a los derechos humanos, perpetrada con amenazas, daños, uso de la fuerza o engaño para obligar a una persona a pedir limosna o caridad.
Coerción, control, deshumanización, explotación y falta de consentimiento de las víctimas son factores que llevan a nombrar la Trata como la esclavitud moderna. Hoy se conmemora el Día Mundial contra este delito, centrado este año en la sensibilización sobre las causas y vulnerabilidades de las y los menores de edad.
De acuerdo con los reportes a la Línea y Chat Nacional Contra la Trata de Personas (LNCTP), 800 5533 000, del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México, la mendicidad forzosa representa el seis por ciento de los casos atendidos. Las poblaciones más vulnerables son niñas, niños y adolescentes.
Compartir la información —como se hace al participar en el Gabinete de Seguridad de la CDMX, encabezado por el Jefe de Gobierno, Martí Batres— y la voluntad de atención ante la inteligencia ciudadana son clave en la investigación, persecución, castigo y generación de políticas públicas para el rescate y reintegración de las víctimas a la vida en sociedad en espacios libres de violencia.
Una noción enfatizada este lunes durante la conferencia “Mendicidad forzosa, un fin más de la Trata de Personas”, organizada por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, donde el Fiscal General de Justicia de la Ciudad de México, Ulises Lara, destacó la importancia de visibilizar y distinguir esa delgada línea entre la explotación y el trabajo de las y los integrantes de una familia.
Natalia Espinosa, coordinadora de Trata de Personas de UNODC México; Benjamín Yu, fundador de El Pozo de Vida, y Malcom Aquiles, director de Incidencia y Movilización en World Vision México enriquecieron con datos un aspecto central: acercarles redes de apoyo, asumirse cuando son víctimas y acompañarles en la denuncia.
La poca visibilización de la mendicidad forzosa o una peligrosa naturalización de la presencia de menores de edad pidiendo dinero o vendiendo productos frena la posibilidad de atender e investigar las causas de un probable delito y llevan a un subregistro.
Aunque abolida en México en 1813 por decreto de José María Morelos y Pavón, la esclavitud toma formas modernas y no podemos simplemente mirar por el espejo retrovisor cómo se pierden en la distancia las niñas, niños y adolescentes.
POR SALVADOR GUERRERO CHIPRÉS
PRESIDENTE DEL CONSEJO CIUDADANO DE LA CDMX
@GUERREROCHIPRES
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