Columna invitada

Nuestros derechos en juego en la CDMX

En esta elección tenemos la posibilidad, no sólo de rechazar a Taboada y lo que representa, sino de elegir un proyecto de ciudad esperanzador

Nuestros derechos en juego en la CDMX
Amaya Ordorika / Columna invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

La CDMX es una ciudad que se ha caracterizado por ser progresista y estar a la vanguardia a nivel nacional en la defensa de nuestros derechos.

Entre ellos destacan el derecho a la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) y el derecho al matrimonio igualitario, consagrados en nuestra constitución local gracias a décadas de lucha social por parte del movimiento feminista y el movimiento por la diversidad sexogenérica. Así mismo, la Ciudad ha sido pionera en políticas para atender la violencia contra las mujeres.

Cuando discutimos sobre lo que está en juego en esta elección, es importante no perder de vista que son nuestros derechos, por los que hemos luchado, los que están en la balanza. Si bien queda mucho camino por recorrer, si no defendemos los avances ya establecidos corremos el riesgo de retroceder.

Durante su campaña, Santiago Taboada ha querido presentarse como el candidato de las mujeres y de la comunidad LGBTIQ+. Sin embargo, la ciudadanía de la Ciudad de México tenemos claro que su llegada a la jefatura de gobierno representaría un riesgo para los derechos que ya hemos ganado.

En el último debate fue más que evidente como el candidato habló de forma genérica de llevar a cabo sus compromisos con perspectiva de género, sin poder explicar en ningún momento a qué se refería con esto, demostrando que ni siquiera ha tenido el interés de desarrollar propuestas concretas.

Esto no debe sorprendernos. Taboada pertenece a un grupo político del Partido Acción Nacional que, además de estar acusado de prácticas políticas indebidas al interior de su propio partido y de ser los líderes del Cártel Inmobiliario, son también un Club de Toby que ha concentrado una élite panista conformada por hombres blancos con poder económico.

En el 2014, durante el mundial de fútbol celebrado en Brasil, integrantes de este grupo fueron detenidos por agredir a una mujer y golpear a su acompañante, en lo que se convirtió en un escándalo internacional de funcionarios de la alcaldía Benito Juárez.

Adicionalmente, el mismo Taboada tiene antecedentes preocupantes que muestran su misoginia y homofobia. En el 2016, siendo diputado federal, no solo votó en contra sino que fue clave para que se desechara la iniciativa de matrimonio igualitario. Así mismo, en el 2014 se evidenció que Taboada formaba parte del grupo de Blackberry llamado “Albur buró”, filtrado por un previo integrante del grupo, el exconsejero del PAN, Héctor Delgado Becerril.

Entre los mensajes filtrados se encuentran comentarios preocupantemente misóginos, homofóbicos y racistas, incluyendo apostar a las mujeres que trabajaban como secretarias en sus oficinas.

Cuando ha sido increpado con respecto al derecho a la ILE, Taboada ha respondido que protegerá ese derecho. Pero ¿cómo podemos creerle cuando el partido al que representa acaba de firmar esta semana un acuerdo de ir activamente en contra de este derecho?

Adicionalmente, ha hecho propuestas de campaña que claramente denotan su clasismo y racismo, como proponer que quienes viven en las periferias tengan que pagar más por transportarse en el metro hacia el centro de la Ciudad de México.

Por suerte, en esta elección tenemos la posibilidad, no sólo de rechazar a Taboada y lo que representa, sino de elegir un proyecto de ciudad esperanzador. En la boleta, Clara Brugada representa un programa de gobierno para la Ciudad de México que ha puesto al centro los derechos de las mujeres y de las personas de la diversidad sexogenérica.

Desde el proyecto de sistema público de cuidados enfocado en la revalorización, la reducción y la redistribución de las tareas de cuidados, hasta el compromiso de impulsar un programa para facilitar la inclusión en el seguro social de las familias del mismo género, Clara Brugada tiene decenas de propuestas construidas desde una perspectiva de género que se encuentran transversalizadas a toda su agenda.

Tan es así que en el evento “¡Vamos por la ciudad feminista que queremos!” Brugada pasó más de media hora enlistando las “soluciones estructurales a problemas estructurales” que forman parte de su proyecto.

Esto tampoco puede sorprendernos, puesto que los antecedentes políticos de Clara Brugada nos hablan de una feminista popular congruente que lleva más de cuarenta años impulsando políticas públicas para la defensa de los derechos de las mujeres y las personas de la comunidad LGBTIQ+, primero desde los movimientos sociales y posteriormente como servidora pública.

Durante su gestión como alcaldesa de Iztapalapa, Brugada diseñó e implementó el modelo de las Utopías en torno a la instalación de un sistema público de cuidados, impulsó la creación de las Casas Siempre Vivas y las Casas de la Diversidad Sexual para la atención prioritaria a ambas poblaciones y estableció un programa de apoyo económico para que las personas de la comunidad LGBTIQ+ puedan terminar sus estudios, entre muchos otros programas.

El voto este 2 de junio no sólo es una oportunidad para que la ciudadanía de la Ciudad de México volvamos a manifestar nuestro repudio contundente al machismo, la homofobia, el clasismo y el racismo que representa la candidatura del PAN, sino que es una oportunidad clave para profundizar en un proyecto de Ciudad que nos incluya a todes.

Por Amaya Ordorika

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