En una maratónica sesión, el pleno del Parlamento Europeo aprobó la primera ley en el mundo que regula Inteligencia Artificial, aunque se espera siga su proceso legislativo y se implemente hasta 2026.
La reciente aprobación del Acta de Inteligencia Artificial, también conocida como (AI Act), es un acontecimiento histórico que redefine el panorama tecnológico global, y con ello, nuestro país debería definir y pronunciarse a la brevedad sobre la postura y ruta legislativa que tomará al respecto.
Más que una simple regulación, este acto legislativo es un manifiesto sobre cómo la humanidad debe coexistir con la IA, poniendo en primer plano la ética, los derechos humanos y la seguridad.
Esta norma contiene diversas iniciativas, una de las más relevantes categoriza los tipos de riesgos y peligros que representan estos desarrollos de IA. Además integra un marco regulatorio para la supervisión continua de estos, que en su caso clasificará como prohibidos o de alto riesgo para la democracia, el control gubernamental y los derechos ciudadanos.
En México, la discusión sobre la IA se ha mantenido, en gran medida, en el ámbito teórico y académico, con pocos avances hacia la implementación de un marco regulatorio sólido que aborde tanto las oportunidades como los riesgos asociados.
La iniciativa europea debe servirnos no solo como una llamada de atención, sino como una hoja de ruta sobre cómo abordar estos desafíos emergentes de una manera que equilibre el progreso tecnológico con la protección del bienestar social e individual.
A pesar de los avances tecnológicos y de la creciente integración de la IA en diversos sectores de la sociedad, México se ha quedado rezagado en la conversación global sobre cómo regular esta tecnología.
Las recientes discusiones en el Congreso de nuestro país sobre la protección de infraestructuras críticas, subrayan la urgencia de incorporar la IA en nuestra legislación de ciberseguridad y más allá.
Es crucial que este tema se posicione en el centro del debate público y político, especialmente en el contexto del actual proceso electoral. Los ciudadanos deben exigir a las y los candidatos que aclaren su postura y planes legislativos respecto a la IA, asegurando que México no solo participe en la revolución tecnológica, sino que lo haga con una visión ética y de protección a los derechos fundamentales. Es nuestra oportunidad de un liderazgo ético en la materia.
La AI Act europea busca regular, y en su caso prohibir, los sistemas de IA que manipulan el comportamiento o realicen identificación biométrica en tiempo real, y ofrece un modelo de cómo los gobiernos pueden proteger a sus ciudadanos de los abusos potenciales, mientras fomentan la innovación.
Frente a este escenario, México tiene la oportunidad de adoptar un liderazgo ético en la materia en América Latina, desarrollando una legislación que no solo siga estos principios, sino que también refleje las peculiaridades culturales, sociales y económicas del país.
Es imperativo entender que la IA no es una amenaza per se, sino una herramienta que bien regulada puede potenciar el desarrollo humano, económico y social.
Contrario al miedo de que la IA puede "quitar empleos", debemos enfocarnos en cómo esta tecnología puede mejorar la calidad de vida, hacer nuestras economías más competitivas y nuestros gobiernos más eficientes y transparentes. La clave está en la educación y capacitación de la fuerza laboral para que se adapte a los nuevos retos y oportunidades que la IA presenta.
A medida que nos acercamos a las elecciones 2024 es esencial que la regulación de la IA sea parte del discurso público y político, asegurando que el desarrollo tecnológico vaya de la mano con el progreso social y la protección de los derechos fundamentales. Solo así podremos asegurarnos de que la IA sirva a los intereses de todos los mexicanos, marcando el camino hacia un futuro más justo, equitativo y próspero.
La aprobación del AI Act por el Parlamento Europeo no solo es un recordatorio de la urgencia de regular la IA, sino también una oportunidad para que México se posicione como un líder en el debate ético y normativo sobre esta tecnología.
Hace muchos años que la AI forma parte de nuestro día a día, y por lo tanto es urgente que forme parte de nuestra legislación.
David Romero Méndez
Chief Technology Officer
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