Tres en raya

Di no al rencor colectivo

Da gusto ver la dosis de felicidad que le imprime a las cosas, así como su amplio horizonte de miras, uno que pasa por la unión de los mexicanos

Di no al rencor colectivo
Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Xóchitl a nadie ha dejado indiferente. Brincos de emoción y gomas de mascar aparte (la verdad, mil veces preferibles chicles con calidad humana que rencor colectivo), el hecho es que después de su registro como candidata de Fuerza y Corazón por México ante el INE, brindó un discurso que invitó a la convivencia y a la cordialidad.

“El hecho de que pensemos diferente no debe ser motivo o causa para el odio o el insulto. Basta de dividir al pueblo de México. Convoco a la reconciliación nacional”, dijo.

Da gusto ver la dosis de felicidad que le imprime a las cosas (¿o ya está prohibido ser feliz?), así como su amplio horizonte de miras, uno que pasa por la unión de los mexicanos.

Creo que esa aproximación es más sana y más constructiva para el país, aunque reconozco que la de López Obrador —y ahora de Claudia Sheinbaum—, como es el llamar corruptos y oligarcas a quienes se manifestaron el día 18, tiene sus réditos…

Mas, independientemente de la capitalización política que logra el discurso de Morena, la incongruencia que evidenció Xóchitl en la abanderada oficialista fue brutalmente cierta: ¿cómo citar una encíclica del papa Francisco sobre la fraternidad humana para, a la semana siguiente, llamar falsos e hipócritas a los adversarios y apelar al rencor colectivo?

A mí me llama la atención y me hace recobrar esperanza en la sociedad mexicana, particularmente en las mujeres del país, que una de ellas le plante cara al presidente AMLO para decirle con firmeza que “saque las manos” del proceso electoral (López Obrador ya no está en la boleta y, como tal, “si usted es un demócrata, deberá estar preparado para la derrota”).

De amplia calidad humana, es también una persona que, antes de pronunciar palabras de júbilo, se toma el tiempo y lo pide a quienes la escuchan para recordar a un ser humano que acababa de morir. El minuto de silencio solicitado para reconocer a Carlos Urzúa dejó ver que en ella hay fuerza y también corazón.

Por cierto, solicitó se abandonaran insidias y rumores sobre su fallecimiento. En otras palabras, de inmediato llevó a la práctica su petición de reconciliar y no dividir más, atajando cualquier posibilidad de que otros fabricaran teorías de complot.

También alienta saber que al menos hay alguien que, en todo el marasmo noticioso que ha sido esta semana, le recordara al INE y al TEPJF “su responsabilidad histórica frente a un hombre que olvidó la jefatura de Estado, para asumir las tareas coyunturales de una jefatura de campaña”.

Uno de los momentos en que, creo, Xóchitl mejor demostró su conocimiento, su diplomacia y su ánimo reconciliatorio fue al final de su discurso, cuando solicitó que esta —la reconciliación— tuviera como puente la poesía, particularmente la de Carlos Pellicer. Más allá de la belleza de sus versos, Xóchitl le recuerda a López Obrador que su padre político (Pellicer) también abogaba por la reconciliación y por dejar de lado los discursos divisorios, así sea que estos lo hicieran popular.

Xóchitl dio un buen discurso; decir “NO” al rencor colectivo. Y es que un pueblo dividido, siempre, siempre, será esclavo de sus enemigos.

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN

COLABORADORA

VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM 

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