En días pasados, el Gabinete de Seguridad del Gobierno de México llevó a cabo la denominada Operación Enjambre, en el Estado de México, para cumplimentar siete órdenes de aprehensión contra presidentes municipales, directores de seguridad pública y otros funcionarios señalados por su presunta vinculación con grupos delictivos.
El operativo fue realizado por elementos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), de la Secretaría de la Defensa Nacional (Defensa), Secretaría de Marina (Semar), Guardia Nacional (GN), Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Fiscalía General de la República (FGR), Secretaría de Seguridad del Estado de México (SSEM) y Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM).
Como bien lo ha señalado nuestra presidenta Claudia Sheinbaum, dicho operativo es parte de la estrategia de seguridad que presentó al arranque de su administración. “Antes no se había podido realizar estas estrategias que reflejan precisamente la coordinación entre los niveles de autoridades, tanto federales como estatales, que forman parte del Gabinete de Seguridad”.
El Operativo Enjambre, implementado durante la administración de Claudia Sheinbaum como jefa de gobierno de la Ciudad de México, ha sido reconocido como una estrategia innovadora y efectiva para reforzar la seguridad en zonas de alta incidencia delictiva. Este programa se diseñó para abordar de manera directa las problemáticas de inseguridad mediante un despliegue rápido y coordinado de fuerzas policiales en áreas específicas, con el objetivo de disuadir, prevenir y combatir actividades ilícitas.
La acción llevada a cabo en el Estado de México, bajo la dirección de Omar García Harfuch, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, busca marcar un cambio en la estrategia nacional de seguridad. Se puede considerar una nueva estrategia por varias razones:
1. Enfoque preventivo: se centra en la prevención del delito antes de que ocurra, en lugar de sólo reaccionar después de un incidente.
2. Colaboración interinstitucional: reúne a fuerzas federales, estatales y municipales para una respuesta coordinada.
3. Despliegue estratégico: utiliza tecnología y análisis de inteligencia para identificar áreas de alto riesgo y desplegar recursos de manera efectiva.
4. Participación ciudadana: fomenta la colaboración con la comunidad para reportar actividades sospechosas y construir confianza.
El Operativo Enjambre ha sido bien recibido por la opinión pública y varios analistas de seguridad, quienes han destacado su potencial para convertirse en una herramienta efectiva de largo plazo, siempre y cuando se complemente con la prevención del delito y el fortalecimiento de las instituciones municipales. También ha servido para revelar vínculos entre criminales y algunas autoridades, y debe ser replicado en otras zonas del país azotadas por la violencia.
Representa una nueva estrategia de seguridad pública en México al combinar enfoques preventivos, colaboración interinstitucional y participación ciudadana para abordar la violencia y el crimen organizado de manera más efectiva. Sin embargo, su éxito depende de la superación de los desafíos que enfrenta el actual gobierno.
POR MARÍA MERCED GONZÁLEZ GONZÁLEZ
COLABORADORA
PAL