En tiempos de las nuevas tecnologías de la información, el trabajo a distancia y las nuevas relaciones laborales, pongo sobre la mesa tres preguntas del viejo Carlos Marx: ¿Continúa la lucha de clases entre el proletariado y la burguesía? Más aún, ¿hay lucha de clases? ¿Aún existe el proletariado?
En el capitalismo moderno, la explotación del trabajador por los capitalistas continúa, pero la lucha de clases se ha diluido ante la desaparición de las identidades colectivas, el consumismo y lo efímero de las relaciones personales.
Ningún trabajador u organización sindical reivindica la lucha de clases, mucho menos la dictadura del proletariado. En los países democráticos, los objetivos de los trabajadores están circunscritos al mejoramiento de las condiciones laborales y prestaciones que permitan elevar la calidad de vida. Duro contra la burguesía hasta alcanzarla. Una sociedad de clases medias.
Dejemos la teoría en paz y vayamos a los hechos. Uno de los principales logros de la Cuarta Transformación es el aumento real del salario de los trabajadores. El mito neoliberal de que el incremento a los salarios provocaba inflación quedó deshecho. Vacaciones y pensiones dignas, la ley silla y el aumento salarial por encima de la inflación son logros importantes; así como lo será, de concretarse, la semana laboral de 40 horas.
El mundo del trabajo es complejo y diverso. Algunos oficios desaparecen y otros se crean. Por ejemplo, en los supermercados, los cajeros son sustituidos por sistemas de autocobro. El trabajo informal se disfraza en formas de “asociados” en las plataformas digitales, como las de transporte y de comida a domicilio.
Miles de personas, mujeres y hombres, que se ganan la vida entregando comida, paquetes o conduciendo un automóvil durante buena parte del día, son las muestras más evidentes de la pauperización laboral.
En México, el concepto original de Uber y otras plataformas se transformó en taxistas sin licencia. La mayoría de los conductores no son dueños de su vehículo. Tienen que entregar una cuota diaria al verdadero propietario y, además, pagar a la plataforma.
En el cierre de este año, el Congreso de la Unión, por unanimidad, aprobó una reforma a la Ley Federal del Trabajo para crear un nuevo capítulo que establece acceso a seguridad social y derechos laborales para los trabajadores de plataformas digitales de transporte de pasajeros y entrega de productos.
La reforma añade un capítulo a la legislación, a fin de definir la naturaleza del trabajo en plataformas digitales, sus horarios y salarios, y los derechos de los operarios, como el reparto de utilidades e indemnizaciones. En la ley es un paso importante; su aplicación en la realidad, ya veremos. Que sea para bien de los trabajadores y de los usuarios, que, por cierto, padecen el decremento en calidad y aumento en costos.
Eso pienso yo, ¿usted qué opina?
La política es de bronce.
POR ONEL ORTIZ FRAGOSO
ANALISTA POLÍTICO
@ONELORTIZ
MAAZ