La COP29, celebrada en Bakú, Azerbaiyán, del 11 al 22 de noviembre, evidenció la falta de compromiso real frente al cambio climático, marcada por tensiones políticas y un desinterés global hacia las naciones más afectadas. Lo que se perfilaba como la "COP del Financiamiento" terminó siendo un escenario donde las voces de las naciones más afectadas fueron silenciadas por el desinterés y la apatía de las potencias mundiales.
Últimas reuniones antes de la plenaria final
Durante una maratónica reunión de seis horas, quedó en evidencia el descontento unánime de los países en desarrollo sobre el Nuevo Objetivo Colectivo de Financiación (NCQG). La reunión secreta de países ricos como Estados Unidos, Arabia Saudita, Azerbaiyán y Unión Europea que pone nombre a esta COP como “COP Fracaso” obstaculizararon avances en los textos finales en las últimas horas de cierre. El borrador presentado por la presidencia, que proponía un financiamiento de $250,000 millones anuales hasta 2035, fue ampliamente criticado por su insuficiencia ante los $1.3 billones (trillones por su traducción en español) requeridos por las naciones más vulnerables. El lema #NoAcuerdoEsMejorQueUnMalAcuerdo resonó entre los asistentes.
Juan Carlos Monterrey, de Panamá, denunció los "borradores más débiles" que ponen en riesgo la biodiversidad global. A su vez, bloques como AOSIS y los Países Menos Desarrollados abandonaron temporalmente las negociaciones en protesta, mientras líderes como Susana Muhamad de Colombia lamentaron que las voces de los más vulnerables fueran ignoradas.
Lobbies y tensiones geopolíticas
La influencia de los combustibles fósiles fue otro punto crítico. Annalena Baerbock, de Alemania, calificó las negociaciones como "un juego de poder geopolítico" donde pocos países actúan en detrimento de los más pobres.
Resultados finales
Durante las horas finales de negociación, la plenaria de cierre se extendió hasta casi las 6 de la mañana, el acuerdo más debatido, el NCQG, triplicó el financiamiento público anual a $300,000 millones para 2035, pero quedó lejos de las expectativas. Delegados como Evans Njewa lamentaron que se perpetúan desigualdades históricas, calificando el NCQG como una "oportunidad perdida".
Sin embargo, hubo avances en transparencia, adaptación y perspectiva de género, además de la implementación del Artículo 6 sobre mercados de carbono. China reafirmó su liderazgo ambiental con una amplia delegación, y Estados Unidos respaldó acuerdos clave en un giro inesperado.
Mirando hacia el futuro
Brasil, próximo anfitrión de la COP30, en la plenaria final ha prometido que será la "COP de las COPs", dando una luz de esperanza ante la COP29. Marina Silva advirtió que "No podemos salir de Bakú como de Copenhague", advirtió, recordando el fracaso de la cumbre de 2009.
La COP29 en Bakú será recordada más por sus controversias políticas que por avances climáticos significativos. Desde el retiro de Argentina bajo las órdenes de Javier Milei hasta la participación inédita de los talibanes, pasando por las tensiones entre Francia y Azerbaiyán, la cumbre reflejó el estancamiento de un sistema internacional fragmentado y dominado por intereses particulares.
Por Odette Ferrer
Pasante de la oficina de Relaciones Exteriores de Naciones Unidas para el Cambio Climático