Columna invitada

La seguridad de Europa en vilo con la victoria de Trump

Uno de los escenarios que podían ocurrir en las recientes elecciones en Estados Unidos se cumplió: Donald Trump ganó y será el próximo presidente

La seguridad de Europa en vilo con la victoria de Trump
Mónica Laborda Sánchez / Columna invitada / El Heraldo de México Foto: Especial

Uno de los escenarios que podían ocurrir en las recientes elecciones en Estados Unidos se cumplió: Donald Trump ganó y será el próximo presidente del país más poderoso del planeta. Las implicaciones que tendrá esta elección impactarán al mundo, y por supuesto a Europa, una de las regiones con mayores consecuencias en un posible cambio de ruta desde Washington.

La elección de Donald Trump podría ser una oportunidad para que Europa reconsidere su modelo de seguridad, como sugirió Emmanuel Macron durante la reunión de la Comunidad Política Europea que se celebra en Budapest.

Un tema a destacar es la guerra en Ucrania y la seguridad de Europa, que preocupa de sobremanera. La razón es evidente:

Estados Unidos es el aliado más antiguo de Europa y su principal proveedor de seguridad. El enfoque de Trump hacia la reducción de compromisos internacionales alimenta la incertidumbre.

Europa se enfrenta a la crisis más grave de seguridad desde la Segunda Guerra Mundial. En este momento no hay alternativa a la OTAN porque la UE ha sido incapaz de avanzar en la autonomía estratégica.

En la actualidad, y a pesar de todos los cambios geopolíticos, la OTAN ha cambiado muy poco, salvo en su extensión territorial, respecto a la que existía hace 70 años.  Sigue siendo una alianza muy desequilibrada, hay un líder muy potente –prácticamente hegemónico– y otros 31 miembros sin capacidad real de oponerse individualmente a sus decisiones.

Europa podría sufrir un aumento de los costos de seguridad si Donald Trump, con su política “America First” reduce su apoyo a la OTAN, ya que los países miembros de la Alianza se verían obligados a llenar el vacío dejado por una retirada de Estados Unidos.

Sin embargo, la deuda pública en Europa ya se acerca 90% del PIB y, por lo tanto, las finanzas están bajo presión en la mayoría de los países. Los gobiernos tendrán dificultades para estimular una economía que sufre barreras comerciales y al mismo tiempo financiar nuevos gastos militares.

Desde la dependencia en el campo de la seguridad y la defensa, la UE no puede articular una política exterior autónoma o convertirse en un actor global independiente y, por ende, no puede defender sus intereses y valores sin condicionamientos externos, lo que también tiene consecuencias económicas y políticas. 

Europa debe tener un despertar geopolítico y avanzar en términos de defensa, más allá de la “Brújula Estratégica” aprobada en 2022, para lograr gestionar de manera autónoma las crisis de seguridad que se generen en su territorio o que afecten sus intereses, como la guerra en Ucrania. Debe aprovechar los cambios estructurales para avanzar en la seguridad y la defensa y sin duda debe hacerlo con Trump en un segundo mandato: el momento para Europa es ahora.

POR MÓNICA LABORDA SÁNCHEZ
Doctora en Relaciones Internacionales e Integración Europea.

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