Dicen que el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla domina el arte de repartir culpas. Sin asumir su responsabilidad, ahora señala que la violencia en Michoacán es culpa de los “vecinos incómodos”: Guanajuato, Jalisco, Guerrero, Estado de México y Colima. Según él, son los estados los que lideran en homicidios y extorsiones, lo que provoca la crisis de violencia en esa entidad.
Si esa fuera la verdadera raíz del problema, cabría preguntarse por qué no existe una estrategia clara para blindar esas “fronteras malditas” que tienen sumido al estado en la violencia.
Municipios como Tepalcatepec, Aguililla, Zinapécuaro, Cotija, Coahuayana, Aquila y Zitácuaro enfrentan una escalada de ataques contra agentes municipales, agravando aún más la inseguridad.
Ramírez Bedolla intenta suavizar el panorama al presumir que Michoacán ocupa el lugar 13 a nivel nacional en homicidios. Sin embargo, parece olvidar que, según el INEGI, Michoacán es el quinto estado donde la población percibe mayor inseguridad para vivir.
Es importante recordarle que no empezó a gobernar un territorio desconocido. Michoacán tiene una historia de violencia que no puede ignorar. El 15 de septiembre de 2008, en pleno Grito de Independencia, dos granadas estallaron en el centro de Morelia, marcando un antes y un después en la violencia nacional.
El michoacanazo fue el primer bombazo en la historia de nuestro país. ¿Acaso no sabía lo que implicaba gobernar ese estado?
La gente comenta que está cansada de discursos vacíos y de un gobernador más preocupado por heredar el cargo para blindarse y evitar futuros problemas. Mientras tanto, se espera la llegada del secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, quien dará un giro en la estrategia.
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¿CAMBIO EN PUERTA EN EL PAN DEL SENADO?
A propósito de michoacanos, en los pasillos del Senado aseguran que el liderazgo de Guadalupe Murguía al frente de la bancada panista, tiene los días contados, cosa que ella sabía perfectamente. Con Marko Cortés fuera de la dirigencia nacional, ya no hay un obstáculo para que asuma el rol de coordinador, y dicen que hasta algunos despistados ya lo llaman así, por eso cuentan que Cortés está afinando los últimos detalles para el relevo. Será cuestión de días.
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En corto.
A 14 días de terminar su gobierno, Enrique Alfaro mete ruido y presenta una reforma constitucional para que Jalisco salga del pacto federal, evitando así entregar los recursos estatales a la Secretaría de Hacienda.
El plan, aunque mediático, carece de futuro: incluso si el Congreso jalisciense lo aprueba, la propuesta tendría que pasar por el Congreso federal, donde claramente será rechazada.
Más que una solución, este movimiento parece puro circo de Alfaro, quien sabe que sólo dejará un conflicto latente entre la Federación y el gobernador entrante, Pablo Lemus.
Nos vemos a las 8 por el 8
Sofía García
@SofiGarciaMX
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