Desde Afuera

México y Canadá, China y el T-MEC

Los primeros ministros de Ontario, Doug Ford, y Alberta, Danielle Smith, consideraron la semana pasada que México debería ser dejado fuera del pacto regional, por su relación comercial con China y las inversiones de ese país, hoy competidor de Norteamérica

México y Canadá, China y el T-MEC
José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Los oportunistas llamados de políticos conservadores canadienses para excluir a México del Tratado comercial con Estados Unidos y Canadá (T-MEC) por permitir que el país sea usado como conducto para la llegada de productos chinos al mercado regional son también, en buena parte, reflejo de una no declarada rivalidad por la atención de la hegemonía regional.

Pero igual ponen sobre la mesa las complicaciones que la nueva formulación geopolítica estadounidense trae para la relación mexicana con China, sin dejar de lado un grado de descuido mexicano en la relación con Canadá, que ha sido un aliado importante para moderar impulsos proteccionistas en Washington y se convirtió también en un destino importante de migrantes y trabajadores temporales, así como tercera mayor fuente de inversiones externas, después de Estados Unidos y España.

Los primeros ministros de Ontario, Doug Ford, y Alberta, Danielle Smith, consideraron la semana pasada que México debería ser dejado fuera del pacto regional, por su relación comercial con China y las inversiones de ese país, hoy competidor de Norteamérica.

Canadá ha tenido diferencias con China y se convirtió en un refugio para algunos migrantes de Hong Kong tras la reunión con China y la decisión de Beijing de apretar tuercas en la antigua colonia británica.

Pero también, sobre todo, es un aliado político-militar de los Estados Unidos, uno que en su momento creyó tener una relación de excepción con ese país y sintió recelos por la incorporación de México al Tratado bilateral de comercio norteamericano ya en vigencia en 1990.

Años después, a la llegada de George W. Bush a la Casa Blanca, en febrero de 2001, el entonces primer ministro Jean Chrétien hizo una apresurada visita a Washington para mantener la tradición de que el jefe del Gobierno canadiense fuera el primero en reunirse con el nuevo presidente estadounidense.

"Muchos canadienses se sintieron ofendidos el mes pasado cuando el recién investido presidente George W. Bush programó una visita a México para el 16 de febrero, rompiendo así la tradición de muchos presidentes estadounidenses de viajar al norte en su primer viaje al exterior. También hubo preocupación en Canadá por el hecho de que el ex gobernador de Texas conozca y tal vez se preocupe mucho más por México que por Canadá", precisó el diario en su edición del cuatro de febrero de ese año.

Más recientemente, los canadienses han expresado sus propias preocupaciones por las reformas al Poder Judicial mexicano, lo que costó que el expresidente Andrés Manuel López Obrador "congelara" en agosto pasado a los embajadores de Estados Unidos, Ken Salazar, y Canadá, Graeme Clark.

Que Ford y Smith vayan tan lejos como para sugerir la exclusión de México no extraña, dado que son ideológicamente más cercanos al nuevo presidente Donald Trump que a su propio gobierno liberal, pero expone las complicaciones geopolíticas de ser parte de un bloque tan integrado como América del Norte.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS   

COLABORADOR    

JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM                                 

@CARRENOJOSE

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