Donald Trump volvió a ganar la elección presidencial en EU. Lo que para muchos parecía que no volvería a suceder dados sus múltiples tropiezos durante su gobierno de 2016 a 2020, no fue así.
Trump regresa fortalecido, con un mayor número de adeptos, además de haber ganado la mayoría de la Cámara de Senadores y la de Representantes, lo que le daría mano ancha para llevar a cabo las reformas constitucionales que su modelo político requiera.
Quienes pensaron que no volvería a ser electo estaban muy equivocados, los tiempos han cambiado, los intereses de las mayorías están en otro lado y habremos de entender que los procesos políticos del presente y futuro se inclinarán más hacia aquellos líderes capaces de ofrecer el sol y las estrellas, por falaz y engañoso que esto sea, que por los candidatos que presenten propuestas más aterrizadas.
Trump hizo creer a los votantes que durante la gestión de Joe Biden la economía norteamericana estaba estancada y la inflación era creciente, pese a que según la información estadística oficial, tanto las cifras de crecimiento económico como las de inflación, han evolucionado satisfactoriamente sobre todo en el último año.
El presidente electo también manifestó en múltiples ocasiones que el mayor número de delincuentes en su país lo forman grupos de inmigrantes, cuando también los datos oficiales estadounidenses presentan un panorama muy distinto.
El discurso de campaña de Trump hizo creer a sus seguidores que el actual gobierno ha sido altamente tolerante con la llegada ilegal de extranjeros, lo que también es inexacto.
En 2023 la administración Biden deportó muchos más inmigrantes que los expulsados durante cualquier año del periodo en que gobernó el neoyorquino.
Los populismos ilusorios de derecha e izquierda a nivel mundial ganan cada vez más terreno a base de argucias infundadas que buscan crear miedo y terror entre los electores, a fin de ganar su voto. Son los casos de los propios EU, Hungría, Italia, Francia, Alemania, España, la Argentina, el Salvador, India, Rusia, Venezuela, Nicaragua, Colombia, Brasil, Zimbabue, etc.
Es probable que uno de los aspectos que ha conducido a que haya más gobiernos populistas resida en que los niveles cognitivos de los electores a nivel mundial se reducen cada vez más, lo que, por derivación, ocasiona que la mayoría de la población votante carezca de la información necesaria para sufragar de manera reflexiva. En la democracia las mayorías ganan.
Es claro que ante las grandes presiones presupuestales los países canalizan cada vez menores recursos a temas básicos como la educación, lo que incide en una visión acrítica y sesgada de la mayor parte de los votantes, que por falta de información y conocimientos, son vulnerables a ser influenciados por frases propagandísticas llenas de promesas irrealizables y de miedos infundados que los inducen a votar por fatuos candidatos populistas.
Los gobiernos populistas, y, las muchas autocracias que de ellos derivan, tendrán necesariamente sus tiempos de vigencia. Ojalá no tengan una duración prolongada, pues experiencias antidemocráticas como las vividas en la primera mitad del siglo pasado con el fascismo, el nazismo, y, el supuesto comunismo euroasiático, sólo condujeron al establecimiento de gobiernos militaristas que lejos de mejorar los niveles de vida de su población solo generaron corrupción, pobreza y represión social.
POR AGUSTÍN GARCÍA VILLA
ANALISTA POLÍTICO
@TIGRE_AGUILAR_C
EEZ
