La llegada de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo implica una serie de cambios en temas que al expresidente López Obrador no le gustaban o le resultaban incómodos. Uno de estos es, ni cómo negarlo, aquello que se relaciona con las demandas de las mujeres y la agenda feminista.
Asunto por demás relevante, la política de seguridad que, con los datos de la claudista gestión capitalina en el discurso inaugural del pasado día 1, desafía uno de los peores resultados del gobierno que ya concluyó.
El tercer aspecto, además muy esperado, es el relativo al medio ambiente en el que a las claras reduce el estimado de producción del sexenio pasado y pone en duda la continuidad en la producción, por ejemplo, de electricidad a base de carbón mineral y el uso de combustóleo.
Si, es energía, pero sobretodo medio ambiente, el tema que ocupará en buena medida el sello del gobierno de Claudia Sheinbaum… hasta donde se pueda, pues se trata además de una mujer con especialidad en ingeniería energética por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), lo que en más de un sector es tomado como una ventana hacia una nueva perspectiva de hacer gobierno.
Los primeros anuncios de la presidenta Claudia Sheinbaum no han sido de menor importancia. Si hablamos de movilidad, por ejemplo, hay mejoras que se anticipan tanto en pasaje como en carga, pues entre las primeras 100 acciones presentadas figuran 13 proyectos carreteros para beneficio de 20 entidades dispersas tanto en el norte, como en el sur, el centro y el sureste del país.
La visión no sólo se centra en generar infraestructura nueva, ya que también propone mejorar las vialidades existentes para abonar a una conectividad moderna, eficiente y segura, por lo que de ser así, una de las dependencias que tendrá mayor dinamismo será la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transporte (SICT), que pasa a manos de Jesús Esteva y cuyo reto es mayúsculo tras el abandono de la red carretera por seis años que ha causado numerosos accidentes y perdidas económicas por el problema logístico que las intermitencias suponen.
Sin embargo, en el ánimo de avanzar hacia una movilidad más sostenible y amigable con el medio ambiente, no deben perderse de vista pendientes como la distribución consistente y completa de Diésel Ultra Bajo en Azufre (DUBA).
Actualmente, los muestreos dejan ver que el combustible solo se encuentra disponible en un 80% del territorio, sin que haya una correcta señalización para que las estaciones sean ubicables para los transportistas; en tanto, los tiempos se agotan, pues en cuanto inicie 2025, Pemex habrá de tener un abastecimiento del 100%, sin olvidar que también el próximo año, solo deberán de recorrer el país unidades pesadas con motores EURO VI/EPA10, cuya fuente de alimento es precisamente el DUBA. Desde este espacio el tip para Víctor Rodríguez Padilla, el nuevo titular de la petrolera; así como para la Semarnat, de Alicia Bárcena, y por su puesto, para la Comisión Reguladora de Energía (CRE).
Pero si ahondamos en las necesidades del autotransporte, la atención vuelve de nuevo a la dependencia de Bárcena Ibarra, así como a la Secretaría de Economía de Marcelo Ebrard, pues en su cancha está revisar el acuerdo ambiental que da luz verde a que miles de vehículos pesados chatarra ingresen a suelo tricolor.
Las cifras son más que dañinas, pues se estima que este año totalizarán en 32 mil, nivel nunca antes visto que choca con los objetivos de Sheinbaum Pardo, quien apuesta por energías limpias, mientras que las unidades que llegan debido a dicho acuerdo tienden a contribuir a las emisiones dañinas al sumar más de 18 años de edad.
POR ARTURO RODRÍGUEZ GARCÍA
COLABORADOR
@ARTURO_RDGZ
MAAZ