El Día Mundial de la Salud Mental se celebra el 10 de octubre y su lema en 2024 nos recuerda que: “Es tiempo de priorizar la salud mental en el trabajo”.
A nivel global, la depresión y la ansiedad generan pérdidas económicas por más de un billón de dólares anuales, destacando la necesidad de priorizar el bienestar emocional.
De acuerdo con la OMS, la salud mental incluye no sólo la ausencia de enfermedades, sino también el bienestar emocional y la capacidad de enfrentar el estrés cotidiano.
En México la depresión y los trastornos de ansiedad han aumentado significativamente. El consumo de sustancias psicoactivas como el alcohol, el tabaco y otras drogas también ha crecido, lo que subraya la necesidad de abordar el tema de forma integrada. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) estimó que 15 por ciento de los adultos en México padecen algún tipo de problema de salud mental.
El gobierno mexicano ha implementado políticas y programas para mejorar la atención de salud mental y adicciones. Desde la Declaración de Caracas en 1990 se ha abogado por la creación de servicios comunitarios.
El Programa de Acción Específico de Salud Mental y Adicciones 2020-2024 se ha centrado en la prevención, tratamiento y rehabilitación. Sin embargo, de acuerdo con la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones persisten desafíos, sobre todo en áreas rurales.
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) avanza al integrar áreas de salud mental en hospitales generales, ofrecer intervenciones comunitarias y desarrollar campañas para reducir el estigma. Además, ha priorizado el tema en el lugar de trabajo, implementando programas para el bienestar y la reducción del estrés.
La prevención es fundamental. El IMSS ha desarrollado programas en escuelas y en la comunidad para educar sobre los riesgos del consumo de sustancias y la importancia de identificar tempranamente un problema.
La pobreza complica la situación al limitar el acceso a servicios de salud, por ello, el IMSS ha implementado estrategias para ampliar la cobertura en zonas vulnerables con programas de atención comunitaria y capacitación de personal de salud.
La rehabilitación y reinserción social son claves para la recuperación completa. El IMSS ofrece programas que incluyen apoyo psicológico, prevención de recaídas y rehabilitación
ocupacional.
Durante la pandemia de COVID-19, los problemas de salud mental se agravaron. El IMSS implementó líneas de apoyo psicológico y protocolos especializados para mitigar el impacto emocional.
El futuro de este tema en México depende de una mayor inversión en infraestructura, personal de salud y campañas educativas. Reducir el estigma, aumentar la cobertura de servicios y garantizar el acceso a la atención son esenciales para crear una sociedad más equitativa y saludable.
Hugo Seacatl Aguilar Talamantes
Coordinador de Salud Mental y Adicciones
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