Hoy es la primera prueba de la nueva presidenta de México Claudia Sheinbaum, y consistirá en algo muy simple: palabras.
Serán sus palabras iniciales, tanto ante el Congreso, como en su discurso en el Zócalo, lo que exhibirá el carácter que tendrá su gobierno.
¿Qué debemos esperar? Un punto y aparte.
Es sumamente deseable que en estos dos discursos Sheinbaum abra las primeras avenidas de su perfil ideológico.
Es muy posible que esto lo haga anclándose a sus “100 pasos para la transformación”, que incluyen desde su ideología hasta las acciones específicas que quiere instrumentar, como realizar un enlace ferroviario de Guadalajara a Aguascalientes; priorizar la infraestructura en 10 corredores y 100 parques industriales para aprovechar el nearshoring; o garantizar el desarrollo de los aeropuertos internacionales para no volver a bajar de la Categoría 1 de aviación.
Claudia Sheinbaum debe arrancar bien su gobierno. Su apabullante triunfo debe ser respaldado por sus votantes y también por sus detractores políticos. La Presidenta tiene legitimidad y proviene de un origen que, aunque a algunos no agrade, es sumamente meritorio, porque descifró la ruta de navegación correcta para alcanzar la presidencia. Jugó con las reglas que había que jugar. Merece respeto y apoyo transversal en lo político, económico y social; y quien desee torpedear su gobierno desde el inicio puede errar gravemente.
¿Qué debe hacer Sheinbaum para mantener firme su legitimidad? Apegarse a lo que mejor sabe hacer: tomar decisiones técnicas y justificar todo cuanto pueda en datos y evidencias.
Cualquier variación de esa esencia que la define será sujeta de presiones, evaluaciones y diatribas. Incluso en los momentos de crisis social o económica debe apegarse a su fortaleza central. De nada serviría que se erosione la fortaleza institucional del Poder Ejecutivo en momentos complejos.
El día de hoy todo mundo escuchará a Claudia Sheinbaum y sus palabras serán registradas nacional e internacionalmente.
No es poca cosa, porque sus ideas, transformadas después en acciones, podrán definir el rumbo de varias generaciones de mexicanos.
Así que el paso uno es sacudirse el pasado; el dos, revelarnos sus líneas de pensamiento; y el tres marcar la pauta para todos los servidores públicos que integrarán su gestión. Y yo creo que todos deseamos que este sea un buen gobierno para México.
CESF
El Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero, integrado por Banxico, Hacienda, el IPAB, la CNSF, la CNBV, y la Consar publicó su balance de riesgos. Es lo que recibe Sheinbaum: “se ha sumado un mayor sentimiento de aversión al riesgo asociado con factores idiosincráticos”, dijo el CESF y habló del crecimiento “moderado” del PIB, de las opiniones de las calificadoras, de Pemex y de la depreciación del peso. Ojo.
POR: CARLOS MOTA
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