Columna invitada

#SiempreFueClaudia

La contienda interna de Morena estaba cantada. Todas las encuestas previas daban el triunfo a Claudia Sheinbaum

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Pedro Ángel Palou / Colaborador / Opinión El Heraldo de México Foto: Foto: Especial

La contienda interna de Morena estaba cantada. Todas las encuestas previas daban el triunfo a Claudia Sheinbaum, el proceso sólo refrendó aquello. Las corcholatas sabían de antemano que la lucha no tenía el piso parejo y que los recursos iban a correr para afianzar a la antigua jefa de Gobierno, la favorita de AMLO. Marcelo entró a esa interna con conocimiento de causa, con casi nula posibilidad de éxito.

La única sorpresa fue el pésimo resultado de Adán Augusto a quien incluso Noroña superó. Hay que aclarar que no se trató de una votación, sino de encuestas, una principal y otras “espejo”, por lo que no se contarían los votos como en una elección sino las preferencias.

Esas reglas eran sabidas por los seis precandidatos, aunque si el Presidente no estuviese en guerra con el INE, bien podría haber sido un órgano independiente quien calificara una verdadera elección interna o incluso una valoración mediante encuestas. Las internas partidistas pueden, como fue el caso, ser engañosas.

La llegada de Xóchitl Gálvez a la candidatura opositora (un proceso también desaseado en el que las cúpulas partidistas retiraron a sus contendientes debido a su popularidad en ebullición) parecía mover las cartas según algunos apresurados analistas que ya afirmaban ufanos que sólo Marcelo le ganaría, nunca Claudia, al ser una contienda inédita entre dos mujeres.

No cambiaron las cosas y Marcelo finalmente “rompió” con Palacio y no fue a la unción de Claudia. Horas antes denunció la "cobardía" de Mario Delgado al haber lanzado a la policía capitalina contra sus representantes, acto realmente deleznable para quien fue el secretario de Finanzas de Marcelo en la Jefatura de Gobierno y su hijo político. Pero la constatación de que en política no hay amigos, solo intereses.

Como sabemos por el veracruzano Ruiz Cortines, que es el arte de tragar sapos. A Marcelo se le indigestaron para siempre las muy francesas ancas. No es la primera vez que Marcelo pierde o cede una candidatura presidencial. Lo hizo por Andrés Manuel en un momento crucial de la carrera política del tabasqueño y siempre pensó que el presidente se la debía, por así decirlo, que entre caballeros ese pacto tácito se respetaría.

Pero, insisto, si en política no hay amigos, menos caballeros. A qué código de otra época apegarnos, o de qué país. En México hay testigos de que nunca hubo caballeros. Porfirio Muñoz Ledo o más cercano al corazón de Marcelo, Manuel Camacho Solís, podrían atestiguarlo. Mientras más cerca te sientes o crees del poder, más ciego estás de que no lo conseguirás. Shakespeare exploró esa hubris en sus trágicos personajes.

El excanciller, por lo menos el miércoles por la tarde, parecía más bien un personaje cómico: el carnal Marcelo y no Macbeth. La política da, sin embargo, tantas vueltas que no sabremos el desenlace final aún.

Otra vez los rápidos analistas afirman ya que será candidato por Movimiento Ciudadano y estará en la boleta. Hablan de su valentía al denunciar las irregularidades. Tardía valentía al no verse ganador. Otros más rápidos aún han escrito que en un pacto secreto con López Obrador, Marcelo sólo servirá para dividir la oposición y que gane Claudia. Han visto demasiados capítulos de House of Cards.

Son los mismos que decían que Estados Unidos influye radicalmente en el candidato a la presidencia y que Claudia no tenía el beneplácito de Biden. Pero si leemos la memoria de Mike Pompeo vemos que son pésimos analistas, en ella el ex secretario de Estado dice que Ebrard es “muy marxista”. Pues solo que le encante ver películas de los hermanos Marx.

Otros analistas políticos afirman que en Palacio ya se cuece la venganza contra el excanciller y que le serán imputados delitos del pasado (o la Línea 12 o cárteles inmobiliarios), pura especulación o mejor, periodismo ficción. Ebrard ha dicho que anunciará su decisión el lunes. López Obrador viaja a Colombia y Chile estos días.

En fin, ni la interna de Morena dio sorpresa alguna ni disfrazó un dedazo anunciado, ni la del Frente Opositor fue un dechado de democracia. La lección es que no vivimos en democracia sino en partidocracia. Lo único cierto e histórico es que tendremos presidenta mujer los mexicanos en el próximo sexenio.

Pedro Ángel Palou
Colaborador
@pedropalou

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