Malos modos

Tiemblen, chilangos

Ni siquiera la Cuarta Transformación es garantía de que esta urbe vibrante y solidaria, como nuestro presidente, vivirá días felices a partir de 2024.

Tiemblen, chilangos
Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

El doctor Patán, que –como han podido comprobar– cree fervientemente en las bondades de la autocrítica, está preocupado por el futuro de la Ciudad de México, y tiene que decirlo. Al parecer, y el descubrimiento es doloroso y perturbador a un tiempo, ni siquiera la Cuarta Transformación es garantía de que esta urbe vibrante y solidaria, como nuestro presidente, vivirá días felices a partir de 2024. Sí, lo adivinaron: hablo de la candidatura al gobierno capitalino, donde hubo una buena noticia a la que siguió una malísima.

La buena fue que el Cuau se distrajo un rato de sus garbeos golfísticos y se plantó frente a las cámaras para notificarnos que, luego de una reflexión profunda, pausada –así como el golf, efectivamente–, había decidido no contender por el gobierno chilango. El doctor Patán respiró. Si la 4T tiene áreas de oportunidad, seamos francos, esas áreas de oportunidad tienen la cara del góber. No entremos en especulaciones en torno a sus fotos con criminales o las acusaciones de corrupción. ¿Han ido recientemente a Morelos, a Cuernavaca para empezar? No es que el estado fuera antes un modelo de convivencia civilizada, pero es que se ha convertido en un desierto post apocalíptico de comercios cerrados y calles vacías.

Así que, insisto, el doctor, y me refiero al doctor Patán, el doctor bueno –la aclaración, verán enseguida, es pertinente–, respiró: “Mi casa chilanga está salvo. La 4T volverá a mandarnos a sus mejores hijos”. Fue entonces cuando llegó el martillazo: “No mames que el Doctor Muerte va a tener el cinismo de postularse para el gobierno de la ciudad”, le escribió un amigo que sí, estaba a medios chiles y por tanto demasiado bronco, pero no dejaba de tener razón. Era cierto. “Si la 4T tiene áreas de oportunidad”, repensó aquí su doctor bueno, “esas áreas tienen la cara de Gatell”. Olvidemos los 800 mil muertos, la mezquindad con las vacunas, las apariciones vacacionales sin cubrebocas, el semáforo multicolor que nos iba a salvar del covid, o la altanería con la prensa, particularmente con las reporteras. ¿De veras queremos ese pantalón marca paquetes y ese peinado de primera comunión todos los días, mes a mes, año con año?

En fin, que, en términos futboleros, más apropiados que nunca, la 4T nos aplicó la del estadio: “Cambio en el equipo de la honestidad valiente. Sale Cuauhtémoc Blanco, entra Hugo López Gatell”. Sé lo que me van a decir: “Tranqui, doc. Hugo no tiene chance. La pelea es entre García Harfuch y la Brugada”. Puede. Pero es que, seamos francos, en nuestro movimiento glorioso hay otras caras de área de oportunidad. El Cuit, digamos. La Lay. La Delfi. El Américo. Para no irnos a Guerrero o Zacatecas.

El doctor Patán necesita descansar. Dedicará el fin de semana a su coctel favorito, el whiskotril. Mientras: tiemblen, chilangos.

POR JULIO PATÁN

COLABORADOR

@JULIOPATAN09

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