El opositor Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) –en el poder– se subieron, por convenir a sus intereses, en la disputa sobre el beso, hoy se sabe, no consentido del suspendido presidente de la Real Federación Española de Futbol, Luis Rubiales, a la jugadora de la selección española Jenni Hermoso.
Y no podía ser de otra manera, el escándalo de la presunta agresión sexual eclipsó de entrada el triunfo de la selección española de futbol –campeona del mundo– y, por su puesto, opacó la crisis política por la que atraviesa España, que no logra formar un nuevo gobierno con el conservador Alberto Núñez Feijóo o la ratificación del socialista Pedro Sánchez.
Durante la gestión de Sánchez y su alianza con Unidas Podemos se aprobó la polémica ley de consentimiento sexual en España: "Solo sí es sí", que debido a sus huecos legales ha rebajado las condenas de cientos de abusadores sexuales y se ha convertido en una de las principales armas de la oposición conservadora.
Tanto el PP, como Vox –formación de extrema derecha liderada por Santiago Abascal, con quien se negocia una alianza clave para poder tomar el poder– han criticado esa nueva ley al grado de prometer anularla.
La legislación resulta incómoda para el mismo gobierno, por el enfrentamiento que protagonizan Rubiales y Hermoso. El Presidente Sánchez se vio obligado a calificar el gesto del federativo suspendido –aliado de su gobierno– como inaceptable y enfatizó que las disculpas ofrecidas no son suficientes ni adecuadas.
El PSOE ha presionado también a Núñez Feijóo para que condene abiertamente el beso que le dio el exdirectivo a la deportista, algo que no ha hecho, porque disgustaría a Vox. Los ultraderechistas consideran que se trata de una cacería “política y mediática” en contra de Rubiales.
Vox se ha distinguido por no priorizar la igualdad y la violencia de género. En su perfil de X, Feijóo sólo dijo: "Hablemos de los actos protagonizados por Rubiales, por supuesto. Nuestro ánimo, solidaridad y apoyo a todas las víctimas". Prácticamente no dijo nada.
Las cosas no son mejores para Sánchez, la protección que su gobierno ha brindado a Rubiales, tras un año de escándalos e investigaciones judiciales le estallaron en la cara ahora con un asunto más sensibles para el Ejecutivo: el machismo y la violencia sexual, como lo describen los colectivos feministas.
La pregunta es: ¿Realmente les preocupa a los políticos lo que pasa con la jugadora Hermoso o sólo se trata de llevar agua a su molino? Acaso saben ¿con qué frecuencia el exfederativo se daba ese tipo de permisos? O sólo se trata de fijar una postura sobre el tema, porque se convirtió en un escándalo mundial.
Sin duda, es importante saber cuánto tiempo va a durar el supuesto apoyo de los políticos a la deportista –quien juega en el futbol mexicano en el club Pachuca– si el límite es hasta que alguna de las formaciones políticas logre conformar gobierno, entonces ella se convertirá una vez más en víctima, pero del abuso político.
POR ISRAEL LÓPEZ
COLABORADOR
ISRAEL.LOPEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
MAAZ