La creciente andanada de acusaciones contra el expresidente Donald Trump y lo que aparece como el correspondiente aumento de su popularidad entre sus partidarios, puede ser anuncio de una derrota para los republicanos en 2024, pero también una señal de la brutal división política en EU.
La posibilidad de que Trump sea el portaestandarte republicano en un nuevo duelo electoral con el actual Presidente, el demócrata Joe Biden, parece casi una certidumbre a cuatro meses de que se inicie, en enero, la temporada de elecciones primarias que en principio deberán seleccionar candidatos.
Pero los republicanos parecen determinados a votar por Trump, no importa que pueda verse literalmente obligado a gobernar bajo arresto domiciliario, y los demócratas a respaldar a Biden sin importar su edad, pero para impedir el regreso del partido opositor y, sobre todo, del magnate.
Porque la intensidad del diferendo en cuanto a los dos sólo disimula la ferocidad de la división demócrata-republicana.
De acuerdo con un artículo de Ronald Brownstein, uno de los más prestigiados analistas en la prensa estadounidense, "los partidos ahora representan coaliciones con visiones tan divergentes del futuro de EU, particularmente si acepta o se resiste al cambio racial y cultural, que no está claro qué podría permitir que un lado se salga de la estrecha competencia entre ellos. Y eso incluye, la posibilidad de que los republicanos elijan a un candidato presidencial que podría estar yendo y viniendo entre la campaña electoral y la sala del tribunal".
La división es real y profunda. Tanto que una encuesta publicada en 2022 indicó que 1 de cada 5 estadounidenses considera que su posición política ha afectado su vida personal; casi la mitad de los encuestados reconoció que su opinión sobre una persona era influenciada por consideraciones políticas.
La división impacta no sólo amistades sino que tiene efecto incluso entre familias, de acuerdo con los reportes.
Lo que de alguna manera podría ser descrito como equilibrio se refleja políticamente en las raquíticas mayorías que ambos partidos mantienen en el Congreso: 52 a 49 escaños a favor de los demócratas; 222 a 212 por los republicanos en la Cámara baja.
El hecho es que Trump y Biden pueden ser los rostros de la división, pero la polarización es más profunda. Las divergencias incluyen lo mismo visiones de sociedad y economía que de religión y derechos personales.
"Los dos partidos políticos están más separados en promedio de lo que han estado en nuestra vida", dijo para CNN, Lynn Vavreck, politóloga de la UCLA y coautora de libros sobre las elecciones de 2016 y 2020. "Eso hace que sea más difícil para las personas pensar en cruzar al otro lado".
La geografía marca también. Los demócratas parecen concentrados en las grandes ciudades y en las regiones costeras del noreste y del suroeste, mientras los republicanos dominan áreas rurales.
Si Trump y Biden representan la división, no la determinan.
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE1
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