La competencia con China requiere un cambio de paradigma. En lugar de imponer condiciones paternalistas, la UE debería actuar como un socio atractivo y creíble para América Latina y el Caribe. La pronta conclusión del Acuerdo de Asociación UE-MERCOSUR sería una señal fuerte. El nuevo comienzo de la relación se logra a través de específicas iniciativas conjuntas y sobre todo constante intercambio .
Las expectativas previas a la Cumbre
Después de una pausa de ocho años, los jefes de Estado y de Gobierno de los Estados miembros de la Unión Europea (UE) y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) se reunirán nuevamente en la Cumbre UE-CELAC. Por razones históricas, España, que actualmente ostenta la presidencia del Consejo de la UE, está predestinada a impulsar las relaciones entre las dos regiones. Sin embargo, la reactivación de la relación regional entre la UE y los Estados Latinoamericanos y Caribeños (LAC) no ocurre automáticamente. Tres eventos en concreto han marcado profundamente las percepciones mutuas entre los antiguos aliados. En primer lugar, desde la perspectiva latinoamericana hay una fuerte crítica hasta el día de hoy al apoyo endeble de la UE, en comparación con la diplomacia de vacunas de China y Rusia. En segundo lugar, la influencia de China como socio comercial y prestamista ha aumentado especialmente en América del Sur. En tercer lugar, la guerra de agresión rusa contra Ucrania ha demostrado que los países de América Latina y el Caribe (LAC) pueden y quieren actuar como estados no alineados con sus diferentes matices.
A pesar de este telón de fondo, las expectativas para la Cumbre son muy altas, especialmente por parte de los estados de la UE. La Cumbre tiene como objetivo fortalecer la relación en el marco de la nueva agenda de la Comisión Europea. La nueva agenda es ambiciosa y diversa. Incluye una amplia gama de áreas clave desde el diálogo político, las relaciones comerciales hasta la transición verde y digital. Sin embargo, la nueva agenda de la Comisión hasta ahora ha tenido una resonancia modesta en América Latina.
La asociación no se debe tomar por sentado
La Cumbre refleja lo que está en juego para ambas partes. Según el profesor Karl-Heinz Paqué, Presidente del Consejo Directivo de la Fundación Friedrich Naumann para la Libertad, América Latina desempeña “un papel decisivo en la competencia sistémica con China, tanto en la descarbonización como en la diversificación de la economía europea". Además, la guerra de agresión rusa ha dejado claro que "las asociaciones establecidas también pueden ser frágiles y no se deben tomar por sentado. Los países latinoamericanos y caribeños están ganando cada vez más peso político a nivel multilateral, especialmente Brasil y México".
Michael Link, parlamentario del Bundestag alemán, señala que "la UE ha descuidado a los países de LAC en la relación, obstaculizando la expansión de las relaciones comerciales y la cooperación política. Sin embargo, América Latina tiene un gran potencial por aprovechar, no sólo como socio comercial y en la diversificación de las cadenas de suministro, sino también como aliado de la UE en la promoción de la democracia, los derechos humanos, la paz y la seguridad en el mundo".
El desafío de reanudar el diálogo
Una dificultad para reanudar las conversaciones radica a nivel institucional. A diferencia de la UE, la CELAC es un foro con una presidencia rotativa, pero sin una secretaría general. La falta de mecanismos de toma de decisiones dentro de la comunidad y las discrepancias en la región impiden que la CELAC sea reconocida como un actor confiable en el escenario internacional. En este sentido, existen otras organizaciones regionales como la Organización de los Estados Americanos o la Unión de Naciones Suramericanas, que tienen estructuras consolidadas y financiamiento propio. Sin embargo, la CELAC es la única plataforma en la que todos los países de América Latina y el Caribe están representados. Esta singularidad también se traduce en su mayor desafío para el diálogo birregional, ya que a pesar de los muchos esfuerzos, la integración de los 33 países de LAC sigue estancada. Por esta razón, la UE ha preferido hasta ahora trabajar bajo un enfoque bilateral. Ejemplo de ello es la asociación estratégica con México y Brasil.
¿Puede lograrse un nuevo comienzo en la relación?
Los nuevos tiempos exigen un cambio de paradigma en la relación. En este sentido, los tomadores de decisiones, especialmente en la UE, no deben perder de vista en todo momento la asimetría de esta relación. Mientras que para la UE, el enfoque principal de la relación es combatir el cambio climático y diversificar las cadenas de suministro, para los países de LAC sus intereses radican en lograr prosperidad, así como combatir la inseguridad y la corrupción. Estas y otras divergencias deben abordarse con pragmatismo y no esconderse en la Cumbre.
El parlamentario Michael Link señala que las expectativas egocéntricas y exageradas podrían socavar importantes avances en la cooperación birregional: "La UE debe enfocarse en lo esencial y finalmente ratificar el Acuerdo de Asociación UE-MERCOSUR, en lugar de imponer condiciones paternalistas en áreas sociales, ambientales y de protección al consumidor, cediendo a los intereses agrícolas proteccionistas de algunos Estados miembros". Del mismo modo, el profesor Paqué destaca la importancia de concluir y ratificar el Acuerdo de asociación. "Este debe de tener absoluta prioridad". El tiempo durante la presidencia española del Consejo es limitado y es la hora de finalizarlo después de más de 20 años de negociaciones.
Una cosa debe quedar clara y es que sin un Acuerdo de Asociación, los países del MERCOSUR dependerán de intensificar su cooperación con China. En este escenario, los objetivos de sostenibilidad y de protección del Amazonas pasarán a más que un segundo plano. A pesar de las resistencias, todavía parece posible crear la zona de libre comercio más grande del mundo, con más de 770 millones de habitantes. La ratificación del acuerdo MERCOSUR también es una fuerte señal política, como enfatiza Michael Link: "Solo si nuestros socios pueden confiar en la implementación consecuente de los resultados de las negociaciones, la UE puede posicionarse como un socio creíble y atractivo en la competencia sistémica a nivel global".
Además, existe un gran interés en ambos lados del Atlántico en diversificar las fuentes de materias primas y en establecer una nueva forma de globalización a través de cadenas globales de suministro resilientes. Pero también se debe mirar más allá, el profesor Paqué está convencido de que "una transferencia de tecnología brinda a los países latinoamericanos y caribeños la oportunidad de alejarse de la dependencia unilateral de las exportaciones de recursos y productos agrícolas y avanzar hacia cadenas de valor modernas y sostenibles".
La Cumbre sólo puede ser el primer paso para establecer una nueva base para la relación. En este sentido se debería buscar que los socios se centren en iniciativas específicas, en lugar de tratar de abordar muchas áreas de trabajo al mismo tiempo. Para ello es clave crear y sobre todo forjar nuevos y flexibles esquemas de trabajo. El trabajo sustancial debe proseguir después de la Cumbre, ya que es vital lograr resultados concretos y beneficiosos para los 60 países involucrados. Esta es la quinta esencia de la relación. El constante intercambio entre los dos lados del Atlántico es más importante que la foto familiar, ya sea este birregional o bilateral.
POR DIANA LUNA
ASESORA PARA LA AMÉRICA LATINA DE LA FUNDACIÓN FRIEDRICH NAUMANN PARA LA LIBERTAD EN ALEMANIA
LSN