Están lejos y desorganizados. El tiempo se les viene encima y no hallan por dónde. La oposición no logra definir el método, ni fijar los tiempos de la elección de su candidato presidencial. Intentan, sin demasiado éxito, despertar interés y forzar una alianza sin mayor objetivo que frenar a Morena.
Hay demasiadas manos levantadas. Mucha paja. Urge un primer filtro. No todos pueden ser tomados en serio. En el PRI, quieren la candidatura Beatriz Paredes, Claudia Ruiz Massieu, Enrique de la Madrid, Ildefonso Guajardo, Alejandro Murat, y ahora hasta el presidente del partido, que se sabe dueño del tricolor, Alejandro Moreno. Ninguno es competitivo en las encuestas.
Por el PRD, el senador Miguel Ángel Mancera, y el exgobernador de Michoacán, Silvano Aureoles. El exjefe de gobierno aventaja 5 a 1 al michoacano: 49% a 11%, según la más reciente encuesta de El Universal (22-05-23).
En el PAN, pese a la cascada de aspirantes, solo dos lucen competitivos en las mediciones: la senadora Lilly Téllez, y el diputado Santiago Creel. En la de El Universal, la senadora lo aventaja 23% a 21%; en la de El País, 33% a 24%. Otros, como Ricardo Anaya, Mauricio Vila o Francisco García Cabeza de Vaca se han quedado rezagados. Entre los panistas no parece haber más opción: Lilly o Creel.
Entre quienes se venden como “independientes”, ni Gustavo de Hoyos ni José Ángel Gurría figuran en las encuestas. Tampoco apuesta por alguno de ellos algún partido. Ya es tarde para crecer.
El mes que está por comenzar deberá ser definitorio si no quieren perder más tiempo, pues Morena reunirá a todos sus aspirantes la semana del 5 de junio, y emitirá la convocatoria para su proceso interno a mediados de ese mismo mes.
Dejando de lado a MC, que tiene una dinámica propia, y merece un análisis por separado, la oposición debe responder antes de que termine junio varias preguntas: ¿Cuándo elegirá a su candidato? ¿Cómo lo elegirá? ¿Habrá un proceso interno dentro de cada partido o uno que aglutine a todas las fuerzas?
Quizá sea más sencillo, considerando que deberán cerrar 2023 ya con candidato, responder de atrás hacia adelante los cuestionamientos. ¿Proceso único dentro de Va Por México? ¿O proceso por separado dentro de cada partido –una especie de contienda primaria-, y después que PAN, PRI y PRD presenten su mejor opción para de ahí elegir al más competitivo como coalición?
¿Cómo elegir al mejor? Marko Cortés ha planteado que no solo haya encuestas de conocimiento e intención de voto, sino el requisito de presentar un millón de firmas como “respaldo ciudadano”. Señaló –nos lo dijo la semana pasada-, que podrían recurrir a una plataforma digital, donde la gente capture su credencial de elector. Muy bien, pero, ¿quién va a garantizar la seguridad y confidencialidad de los datos de los ciudadanos? ¿quién y cómo cotejará las firmas? ¿Cómo se validarán?
¿No sería mejor una encuesta de intención de voto, para elegir al más competitivo?
No solo el tiempo apremia, también la urgencia de capitalizar el malestar de una parte de la sociedad civil que se ha manifestado contra el gobierno de la 4T, el presidente AMLO y sus decisiones. La oposición partidista no atina a conectar. Los líderes de las cúpulas de partido no parecen estar a la altura. ¿Piensan incorporar a los ciudadanos en su proceso de deliberación y elección? Porque solo recurren a ellos en el discurso.
POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
M.LOPEZSANMARTIN@GMAIL.COM
@MLOPEZSANMARTIN
LSN