Columna invitada

Las enseñanzas del cerdo Napoleón

Ningún lector de periódicos ignora quién fue el célebre cerdo Napoleón

Las enseñanzas del cerdo Napoleón
Hermenegildo Castro / Columna invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Ningún lector de periódicos ignora quién fue el célebre cerdo Napoleón. Tampoco lo ignoran los fanáticos del régimen pues uno de los hits del movimiento, para utilizar una metáfora políticamente correcta, fue precisamente Rebelión en la granja.

En síntesis, el cerdo Napoleón fue por casualidad un libertador que, en tres años, se convirtió en dictador y transformó las reglas que había impuesto a los animales de la granja.

Al triunfo de su revolución se estableció que todos los animales son iguales. Pero tres años después, sin saber cómo, apareció un pequeño agregado: todos los animales son iguales, “pero hay unos más iguales que otros”.

A la regla de que ningún animal dormirá en cama se le agregó “con sábanas” y la norma de que ningún animal beberá alcohol se le añadió misteriosamente “en exceso”. Todo para justificar el cambio de conducta de los cerdos vencedores.

Luego vino la represión con un pequeño cambio a la norma: ningún animal matará a otro animal “sin motivo”.

Las enseñanzas del cerdo Napoleón se han extendido por todo el mundo. Putin llama su invasión a Ucrania "operación militar especial" y la justifica diciendo que la intención es “desnazificar… ¡judíos!”

Pero no nos vayamos tan lejos, aquí también tenemos ejemplos notables de transformación de las reglas.

Por ejemplo, a la norma de no robar se le agrega “poquito” y así se explica que el fraude en Segalmex sea el doble que la Estafa Maestra. Para qué quedarse en 7,500 millones de pesos si se puede llegar a 15 mil millones en un solo jalón.

A la consigna de no traicionar se le añade “a los amigos” y así se explica la impunidad total para las corcholatas, para Ovalle, para familias enteras incrustadas en el presupuesto público, considerado como un botín personal.

A la regla de no mentir se le adjunta “sin público” y, bueno, eso explica todo. En las mañaneras, dice Luis Estrada, el presidente ha dicho 101 mil mentiras en cuatro años de gobierno.

La regla de primero los pobres se completa con “al panteón” y eso explica que México haya ocupado durante la pandemia el primer lugar mundial en letalidad por cada 100 enfermos. De enero de 2020 a marzo de 2022 hubo 758 mil 826 muertes en exceso, de acuerdo con la irrefutable estadística del INEGI.

Pero hay algo más en las enseñanzas del cerdo Napoleón. La capacidad para identificar, alimentar y mantener en secreto a los que serán sus perros guardianes. Que nadie se llame a sorpresa. La tarea está siempre en marcha.

Napoleón es un personaje que se lo debe todo a la propaganda. Es su principal habilidad para engañar. Los animales buenos le creen y los sabios lo ignoran. Las ovejas lo siguen a pie juntillas. Él dice que quiere ser modesto pero la propaganda lo eleva a los niveles de Jesucristo.

Y todo empezó cuando decidió que todos los animales son iguales, pero hay unos más iguales que otros.

POR HERMENEGILDO CASTRO

COLABORADOR

@Castroherme

MAAZ

 

Temas