México es un país de tradiciones, una de ellas ha sido la vacunación, que fundamentalmente se creó para proteger a la infancia, población que por décadas fue víctima de diversas enfermedades infeccionas.
La historia de la vacunación en México se remonta a finales del siglo 18, y en ella también se incluye una exitosa historia en la elaboración de inmunológicos, pero hoy tristemente se encuentra en riesgo debido a la austeridad mal entendida y una inadecuada política de vacunación.
En 1973 se creó el Programa Nacional de Inmunizaciones, con lo que inicia la vacunación masiva contra siete enfermedades, entre ellas tuberculosis, sarampión, tétanos, difteria y tosferina, gracias a ello, México asumió el compromiso de implementar políticas y compromisos tanto nacionales como internacionales de vacunación, que lo ubicaron a la vanguardia en la región de América Latina.
No obstante, con la llegada de la llamada 4T al gobierno, ese avance ha tenido retrocesos y modificaciones que hoy deben ser considerados un foco rojo en detrimento de las y los niños de todo el país, para muestra diversos botones.
Por ejemplo, la vacuna contra el papiloma humano que en 2018 tuvo un millón de dosis aplicadas, los siguientes tres años no se aplicó y para 2022 apenas reportó 929 mil 311 dosis, esto representa 30% menos de lo que se vacunó en 2018. Esta vacuna beneficia fundamentalmente a niñas.
La vacuna DPT, que protege contra difteria, tosferina y tétanos, pasó de un millón en 2018 a 700 mil para 2019 y 2020 y el año pasado, según cifras oficiales reportó un millón 200 mil dosis aplicadas.
Por su parte la pentavalente se dejó de aplicar, mientras la hexavalente aumentó el año pasado y este, lo mismo que la triple viral que protegen contra enfermedades que por décadas azotaron a la infancia mexicana.
Durante décadas, el Programa Universal de Vacunación fue un orgullo para México ya que su objetivo fue mejorar la sobrevida de la infancia, además de promover, proteger y cuidar la salud de los menores, gracias a la elevada tasa de cobertura, con lo que se logró la erradicación de enfermedades como la poliomielitis, sarampión, difteria, tétanos y tosferina.
Curiosamente las vacunas que protegen contra algunas de esas enfermedades son las que el gobierno federal ha decidido no aplicar o hacerlo en menor cantidad, sin explicar el motivo para esa decisión, aunque todo hace suponer que se debe a la austeridad, a los errores en la compra de inmunológicos y también al desinterés que se da a los servicios de salud.
Esa decisión representa una violación al derecho que las infancias tienen de tener acceso a la salud y a servicios médicos universales. Y aunque en el papel ese derecho existe y se respeta, la realidad es que hoy México dista mucho de estar a la vanguardia en materia de vacunación.
Con ese panorama, el país no podrá aspirar a tener un sistema de salud como Dinamarca, porque mientras el Programa Nacional de Vacunación mantenga deficiencias y retrasos que abren la posibilidad de que regresen enfermedades que por décadas provocaron discapacidades, gastos al Sistema Nacional de Salud y una estela de discriminación que costó décadas combatir, el sueño del actual gobierno no será realidad y más bien, se puede convertir en una pesadilla.
POR KAREN QUIROGA ANGUIANO
Secretaria Nacional de Igualdad de Género del PRD
@KarenQuirogaAn
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