En épocas pasadas fue común que los novios intercambiaran sus respectivos retratos, fotografías, ya fuera en forma de ovalo[RMC1] , infantil, postal o cualquier otro estilo, en blanco y negro, sepia, o a colores, la cual era acompañada con su respectiva dedicatoria en el anverso; Raquel te dedico la siguiente fotografía como muestra del amor que te tengo. Ricardo.
El o ella, guardaban el retrato celosamente, lejos de miradas inquisidoras, ajenas, ya fuera en la cartera o en la porta credencial, en un sobre o un libro, sin embargo, si se llegase al distanciamiento, un rompimiento, acabar el noviazgo, se solicitaba el regreso, devuélveme mi foto, se pedía tajante.
Más aún, no solo la fotografía era parte del entendimiento amoroso, también un mechón de pelo o bien un pañuelo con perfume, un poema o bien las citadas cartas, como una muestra de amor.
El 1 de diciembre de 1942, Juan José Arreola le escribe a su novia Sarita, “¿Imaginas mi sorpresa al ver tu retrato? Verdaderamente soy incapaz de expresarte la gratitud por ese rasgo tuyo …el retrato es espléndido. Es como si tú hubieras venido a traerme la mejor prueba de afecto. Ahora ya no tendré motivo de tristeza”.
Y agrega el autor de Mi confabulario, ¡Si vieras con qué profundo sentimiento estoy ligado a ti! Veo tu imagen en la pequeña fotografía y siento mi corazón lleno de ternura. Contemplo en él tu presencia, que tanto necesito, y pienso en ti como en el bien más grande”.
En el folclor musical, el compositor Salvador Chava Flores compuso una canción muy a su estilo, A Manuela su retrato le pidió el novio Fidel y se fue emperifollada para él; se pintó cuatro lunares, se quitó cofia y mandil y mandó hacer seis postales, tres de frente y tres de perfil… “El retrato es´pa tus ojos y el original para ti”, decía la dedicatoria pa´Fidel el albañil quien la recibió amoroso, todo lleno de pasión.
El escritor Juan Rulfo, también aficionado a la fotografía, le escribe a su novia Clara Aparicio, a fines de febrero de 1947, “Saqué más copias de cada una de las tres fotos que te mando, pero no te envío sino una de cada una por puro miedo a que te sueltes repartiéndolas entre la bola de novios que tienes” el 1 de marzo de 1947, “Me dices que estas más chula que en las fotografías y eso si es cierto (muchachita presumida).
El poeta Manuel M. Flores le escribe a Rosario de la Peña el 3 de septiembre de 1874, donde le hace saber, “Te lo suplico por lo que más amas, por la sagrada vida de tu madre, mándame tu retrato; y escríbeme …la mujer bella de corazón de fuego y alma voluptuosa, que sabe inspirar el amor…”
Mientras tanto, dice la canción, Tu retratito lo traigo en mi cartera donde se guarda el tesoro más querido, y puedo verlo a la hora que yo quiera…
POR RUBÉN MARTÍNEZ CISNEROS
COLABORADOR
MAAZ