El 28 de octubre de 2022 se generó un gran revuelo en los medios y en la afición felina, luego de que Leopoldo Silva, presidente del club universitario, presentara a Rafael Puente Jr. como nuevo director técnico de los Pumas.
El proceso del entrenador, de 44 años, al frente del equipo inició con gran incertidumbre, y mucha crítica por parte de los fanáticos. Sin embargo, los Pumas arrancaron de buena manera el torneo, pero poco a poco el rendimiento fue disminuyendo, hasta llegar a cosechar cinco puntos de 21 posibles, en los últimos siete encuentros. Y es que el funcionamiento de la escuadra ha dejado mucho que desear, no hay idea de juego, ni identidad.
Hay que dejar clara una cosa, no todo es culpa de Rafael Puente Jr., como lo mencionan los simpatizantes auriazules. El bajo nivel que han mostrado los jugadores es de resaltar, las fallas de Juan Ignacio Dinenno o Gustavo del Prete, y errores básicos como el de Héctor Ramírez, en el reciente encuentro frente a Puebla, que se hace expulsar al minuto 20, después de que su equipo iba ganando, son imperdonables. Hay que tener criterio, y también ver lo que sucede en el terreno de juego.
Está claro que el principal responsable es el entrenador, pero el plantel debería de tomar conciencia sobre lo que han realizado y respaldar a su DT. Porque analizando fríamente las situaciones, Rafael Puente Jr. es juzgado, sobremanera, cuando las decisiones que toman los jugadores no dependen de él.
Hablando del entorno universitario, hay que agregar los reprobables actos de la afición en los partidos de local, lanzando objetos hacia los jugadores e insultándolos. Hay que saber comportarse, más allá de los resultados del equipo, hay que mostrar respeto. Pumas es un club muy importante en México, y sus seguidores deben de actuar como tal.
Este sábado, cuando el conjunto universitario enfrente al Cruz Azul en el Estadio Azteca, estará en juego el puesto de Rafael Puente Jr. De no ganar, lo más probable es que la directiva auriazul le dé las gracias al estratega mexicano.
La presión está a tope para los felinos, luego de que se encuentran en la décimo primera posición de la tabla, y aunque están en puestos de repechaje, son conscientes de que su estado no es favorable.
El técnico azteca entiende que difícilmente le podrá volver a llegar la oportunidad de entrenar a un club de la magnitud de los Pumas, si no cumple los resultados que requieren los universitarios, es su última oportunidad.
Si algo caracteriza a este equipo es su mística y amor por los colores; el conjunto de la UNAM tiene que morirse en la cancha, y tratar de buscar los resultados con base en su garra inigualable. Es la recta final del torneo, y es el momento idóneo para corregir el camino en el Clausura 2023.
Los Pumas deben de tener presente que están muy cerca de cumplir una sequía de 12 años sin ganar un solo título, en cualquiera de las competiciones. Desde aquel Clausura 2011, cuando el equipo fue liderado por Guillermo Vázquez.
POR MARIANO TORRES
@MARIANOTORRESH
MAAZ