COLUMNA INVITADA

Los errores que comete un gobierno

Muchas veces sólo se atienden síntomas, y a lo mucho… las enfermedades

Los errores que comete un gobierno
Juan Antonio López Baljarg / Columna invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Imagina que tienes un dolor de estómago irresistible… vas al médico y después de contarle tu dolencia te receta solamente un analgésico que te quitará el dolor, hoy. Pero resulta que tenías una infección que no fue combatida y ahora avanzará y con ella regresará el dolor…

Un buen médico detectaría y combatiría la infección para eliminarla de raíz. Un mejor médico analizaría las causas de la infección, quizá el origen sean los alimentos que comes. Esto ayudaría a combatir “las causas de las causas” de tu dolor estomacal, para no solo aliviar el dolor, no solo combatir la infección, si no que tu dolencia se elimine por completo.

Lo mismo pasa con los gobiernos y los problemas públicos. Muchas veces sólo se atienden síntomas, y a lo mucho… las enfermedades.

Un primer error es atender sólo los síntomas. Nos alarmamos por la deserción escolar, pero solo atendemos la crisis económica que se viven en los hogares. Combatimos la inseguridad aumentando penas y persiguiendo criminales (en el mejor de los casos), pero no se atiende la crisis emocional que se vive en las familias.

Un segundo error es atender sólo problemas públicos. Combatimos la desigualdad entre mujeres y hombres con propuestas de paridad y acciones afirmativas, pero no reconocemos que las raíces de la equidad y la corresponsabilidad se construyen o se destruyen en las familias. Combatimos la obesidad y la diabetes prohibiendo la comida chatarra y agregando impuestos a los alimentos procesados, pero no reconocemos que, si no se cambian los hábitos alimenticios en los hogares, todo lo demás será “letra muerta”.

Un mal gobierno atiende síntomas. Un buen gobierno atiende problemas públicos. Pero un gran gobierno atiende las “causas de las causas” de los problemas que vive su comunidad.  Y, cuando analizamos muchos de los principales problemas sociales que vive nuestro país, nos vamos a encontrar que al final del camino, las causas y soluciones las encontraremos en los hogares, en la familia.

Por lo tanto: 1. Promover gobiernos que vean a las familias como objeto de la política pública; 2. Como un aliado estratégico en las acciones a emprender y 3. Como un cuerpo intermedio que genera desarrollo, esto significa promover gobiernos que se adelantan a los problemas y que atienden las “causas de las causas”. Esto es a lo que llamamos Gobiernos Familiarmente Sostenibles.

Para implementar un Gobierno Familiarmente Sostenible se necesitan al menos tres cosas.

Primero, voluntad política. Esto significa que la máxima autoridad de gobierno (presidentes municipales, gobernadores…) promuevan, instruyan y motiven a todo el cuerpo gubernamental a esta estrategia.

Segundo, presupuesto. Dicen qué en política, toda acción sin presupuesto es mera demagogia. Es importante invertir recursos en lo que importa, en lo más estratégico y en lo preventivo.

Tercero, conocimientos. Conocer y aplicar las mejores y más probadas prácticas y metodologías ahorrarán tiempo y dinero, ambas escasas en el ejercicio de gobierno.

La UNICEF dice que “las políticas orientadas a la familia no son solo la decisión correcta, sino también la más inteligente y equitativa”. En México aún hay mucho por hacer, pero es de reconocer que varios gobiernos municipales, de todo el país y de todos los partidos políticos, han adoptado esta forma de gobernar por y para las familias. Estamos convencidos que Gobiernos Familiarmente Sostenibles no solo nos traerán mejores gobiernos, sino mejores familias y, por lo tanto, una mejor sociedad.

 

Juan Antonio López Baljarg

Director General del Instituto de Análisis de Política Familiar

@JuanBaljarg  

LSN

 

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