MEXICANOS PRIMERO

¡Es hora de actuar ya!

La ola de violencia escolar es resultado de la pandemia debido al estrés, dificultades familiares y económicas

OPINIÓN

·
Katia Carranza / Mexicanos Primero /Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

¿Cuántas veces hemos escuchado a nuestros hijos e hijas decir que en la escuela los molestan o que hay un niño o una niña a quien le hacen burla por su aspecto físico, su manera de vestir o su forma de ser o de pensar? Aunque escucharlo es doloroso y preocupante, sin duda es el mejor de los casos, pues lo común es que las niñas, niños y jóvenes que son violentados en la escuela vivan en silencio este sufrimiento sin poder contárselo a alguien o, por lo menos, recibir un abrazo o tener algo de contención.

El bullying no es un problema nuevo en las escuelas. Desde las generaciones de nuestros padres y abuelos hemos escuchado cómo los maestros y maestras aventaban el borrador a sus estudiantes, les pegaban con una regla en los dedos o daban un “sape” a quien se portara mal o no pusiera atención. Lo mismo pasaba entre compañeros: siempre molestaban al más callado, al más “gordito” o al más inteligente poniéndole apodos o excluyéndolo a la hora del recreo o en las tardes de juego en la calle o en el parque. Sin embargo, no solo se ha incrementado el número global de casos, sino también de aquéllos donde hay un uso de violencia con graves consecuencias físicas en las víctimas.

Esta nueva ola de violencia escolar es resultado de la pandemia debido al estrés, las dificultades familiares y económicas. A ello hay que agregarle el uso de las tecnologías para continuar con el bullying fuera de la escuela y la normalización del acoso: las compañeras y compañeros de Norma Lizbeth prefirieron grabar un video que salvarle la vida. No hay estimaciones oficiales pero, según cifras del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, la tendencia de bullying en nuestro país se incrementó en un 85.9 por ciento al comparar el periodo de enero a octubre de 2022, de las cuales, 30 por ciento corresponden a agresiones físicas, 23 por ciento a agresiones verbales, 17 por ciento a agresiones psicológicas, 14 por ciento fueron agresiones cibernéticas, 8 por ciento corresponde a la exclusión y 7 por ciento al acoso sexual.

Es fundamental señalar que estos niños, niñas y jóvenes tendrán consecuencias a corto, mediano y largo plazo. No sólo se trata de las lesiones, miedo o dolores de cabeza, sino aquellas producidas en su personalidad, como son la inseguridad, la baja autoestima, trastornos del sueño, problemas gastrointestinales, palpitaciones, mayor riesgo de obesidad, hipertensión, ansiedad crónica y problemas de aprendizaje y rendimiento escolar. Paradójicamente, también los propios acosadores sufrirán consecuencias, no sólo legales, sino otras como es el riesgo de desarrollar problemas psicosomáticos y experiencias psicóticas.

Los hechos actuales nos demuestran que las acciones que han realizado las autoridades educativas para atacar este problema no han sido suficientes ni efectivas, ya que algunas de ellas son parte de protocolos más amplios que buscan incluir todas las formas de violencia en una sola estrategia, cuando queda demostrado que esa no es la solución. O bien, aunque existen protocolos a nivel estatal, están solo en el papel o implementados de manera inadecuada. La realidad es que, si no hay una formación docente apropiada, se dificulta la resolución del problema.

Existe evidencia que muestra que hay dos clases de intervenciones que sí funcionan: una es brindar educación y concientización grupal a los estudiantes para cambiar su forma de pensar y sentir sobre el acoso y otra, la formación del personal escolar (no sólo de maestras y maestros) para identificar y responder a las experiencias de bullying. No hay por qué empezar de cero, ya tenemos una línea a seguir para generar e implementar programas con resultados positivos. No queremos más noticias desgarradoras en las que el bullying se lleva la vida de nuestras niñas, niños y jóvenes, ¡es hora de actuar ya!

POR KATIA CARRANZA
INVESTIGADORA EN MEXICANOS PRIMERO
@BACKSB14 

PAL