Al cumplirse un año de la invasión rusa a Ucrania resurge un tema central: las armas nucleares, su uso, control y proscripción.
Hay quienes piensan que Putin estaría dispuesto al uso de armas nucleares tácticas a fin de cambiar el curso de la invasión.
En su discurso ante la Asamblea Federal de Rusia, Putin reiteró que Rusia “no puede ser derrotada en el campo de batalla” y anunció la suspensión unilateral del acuerdo START III o de reducción de armas nucleares estratégicas ofensivas. Pero acotó: “Rusia no abandona, no. Congela temporalmente”.
Este acuerdo era el único vigente entre Estados Unidos y Rusia en materia de limitación y reducción de su arsenal nuclear que asciende a alrededor de 90 por ciento del armamento nuclear mundial.
El primero de dichos acuerdos fue firmado en 1972 conocido como SALT o Tratado de limitación de armas nucleares. Posteriormente se firmó el Tratado START que implicaba ya la reducción de las ojivas nucleares.
El Tratado en vigor tuvo su última prórroga en 2021 y está vigente hasta 2026.
El anuncio de Putin implica que Rusia ya no aceptará inspecciones y verificaciones previstas en el Tratado, pero no violará los límites de armamento nuclear establecidos en el mismo.
Tanto EU como Rusia tenían dudas sobre la continuidad del Tratado después de 2026. Rusia había pedido explicaciones a EU sobre la reconversión de varias plataformas de armas nucleares. En tanto analistas de EU señalan que el START III daba ventajas a Rusia en materia de despliegue de armas nucleares a nivel regional.
Expertos en desarme han señalado que la nueva situación marca el inicio del fin de los acuerdos jurídicamente vinculantes en materia de control numérico de armas nucleares.
En este contexto, uno de los 12 puntos de la propuesta de paz presentada por China se refiere específicamente a la prohibición del uso de armas nucleares en el conflicto de Ucrania. “Se debe prevenir la proliferación nuclear y evitar la crisis nuclear”. China se opone también a los ataques armados contra las plantas de energía nuclear, para evitar accidentes provocados por el hombre. Ello refleja la preocupación por el posible uso de las armas nucleares en el conflicto militar.
Históricamente México ha luchado por la total proscripción del uso y fabricación de las armas nucleares y la prohibición de los ensayos nucleares. Si bien reconocía los avances en materia de limitación y reducción de armas nucleares, siempre ha argumentado a favor de la prohibición total.
Por ello, fue la fuerza motora del Tratado de Tlatelolco, sobre la proscripción de las armas nucleares en América Latina.
Es momento de que México retome un papel de liderazgo en contra del eventual uso de armas nucleares y a favor de su proscripción total. Un primer paso sería volver a exigir a los países que aún no han ratificado el Tratado sobre la Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, lo hagan de inmediato.
POR MARTHA BÁRCENA COQUI
EMBAJADORA EMINENTE
MARTHA.BARCENA@ELHERALDODEMEXICO.COM
@MARTHA_BARCENA
LSN