Columna invitada

Megafarmacia del Bienestar, ¿mega solución?

La Megafarmacia del Bienestar, inaugurada el viernes 29 de diciembre en Huehuetoca, Estado de México

Megafarmacia del Bienestar, ¿mega solución?
Onel Ortiz Fragoso / Colaborador / Opinión El Heraldo de México Foto: Foto: Especial

La Megafarmacia del Bienestar, inaugurada el viernes 29 de diciembre en Huehuetoca, Estado de México, fue la última obra entregada por Andrés Manuel López Obrador en este año y la más reciente medida, última del sexenio, para afrontar los problemas de distribución de medicamentos, los cuales han sido uno de los cuestionamientos constantes al gobierno de la Cuarta Transformación.

El gobierno dice que al iniciar sólo 54% de las recetas del sistema de salud eran surtidas. Afirman que en 2023 que alcanzó 98.2% de abasto. Sostiene que la Megafarmacia del Bienestar permitirá que todos los pacientes reporten y reciban cualquier medicamento faltante en menos de 48 horas.

La oposición sostiene que el desabasto de medicamentos ha sido uno de los peores fracasos del gobierno de López Obrador. Que el desabasto no sólo ha sido negligente, sino hasta criminal. Su ejemplo recurrente son las fallas en la distribución de medicamentos para el tratamiento de niños con cáncer.

Es bueno creer, pero es mejor no creer. Deben esperarse los datos, no las buenas intenciones o los prejuicios. No creo que la Megafarmacia por sí sola resolverá los problemas del desabasto de medicamentos. Tampoco creo en las campañas de desinformación de los detractores del gobierno, sus descalificaciones y combate legal y mediático a cada acción de AMLO. Le creo a los padres de familia y pacientes que denuncian la incapacidad de las instituciones para otorgarle sus medicamentos.

Al inicio, el propósito del gobierno fue erradicar la corrupción en la compra y distribución de medicamentos. Un objetivo noble y necesario. Por la vía de los hechos, había un monopolio que controlaba la compra y distribución de medicamentos.

Las prisas impidieron un diagnóstico adecuado y por tanto la respuesta fue incorrecta. Se centralizó la compra en la Secretaría de Hacienda, lo cual produjo un enorme cuello de botella. Vino la pandemia y el problema se acentuó. Después se encargó a la ONU la supervisión de las compras, lo cual tampoco resultó. Se desmanteló el sistema de distribución, sin tener un mecanismo alternativo eficiente. Situación que mejoró en el último año.

La Megafarmacia sólo funcionará si forma parte de un nuevo sistema de distribución, que establezca mejoras sustanciales en la coordinación entre dependencias y gobiernos estatales. La idea es que desde Huehuetoca se monitoree el abasto de recetas. Que si un derechohabiente necesita un medicamento se surta del centro disponible más cercano y si no está en existencia, llegue en un plazo no mayor de cuarenta y ocho horas. La idea no es que todas las recetas se surtan desde la Megafarmacia, sino que sea el repositorio del sistema de distribución nacional.

El próximo año veremos si la Megafarmacia funciona y ayuda a mejorar la atención a pacientes. Espero que sí. Eso pienso yo, ¿usted qué opina?

La política es de bronce.

POR ONEL ORTIZ FRAGOSO

ANALISTA POLÍTICO

@ONELORTIZ

MAAZ

 

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