Uno de los aspectos más bonitos de la Transformación es el modo en que nuestro Presidente se ocupa de los detalles. No, no es un líder elitista que se niega a arremangarse y le deja la talacha a los demás. Lejos de ello, se aplica con la logística. Un ejemplo particularmente conmovedor es el de la entrega de huevos con las despensas para Acapulco. Agudo, el Presidente cayó en la cuenta de que el huevo, si lo empacas mal, llega roto. Es cierto.
El doctor Patán, espoleado por su ejemplo, esa idea de que todos debemos ser pueblo bueno y resolver nuestras necesidades sin explotar a nadie, decidió hace tiempo ir personalmente a City Market a la compra en vez de pedir a domicilio, y así ha podido comprobar que, tiro por viaje, el cartón llega con una cáscara quebrada.
Eso, a escala acapulqueña, sería devastador, porque, como apuntó nuestro guía con ese saber profundo de nutriólogo instintivo, es un alimento que tiene muchos nutrientes. Es la proteína del pueblo, que sabrá agradecer sus esfuerzos.
El caso es que, emocionado, aquí su doctor de cabecera les ofrece una transcripción del diálogo que dio pie a esa decisión genial, a partir de un audio enviado por una fuente de Palacio Nacional.
—Almirante, me preocupa el blanquillo. El pueblo lo consume mucho. El otro día, en Huejutla, una señora me ofreció unos revueltos con ejotes. Se veían buenos, pero les confieso que le dije, agradecido, que no. Al lado había un puesto de moronga, y quién se resiste a eso, ¿verdad? Por cierto, ¿estamos mandando moronga a Acapulco? ¿O se echará a perder?
—Podemos mandarla empacada al vacío, Presidente. Aunque va a retrasarnos.
—Mándenla. Con una salsita verde al lado, claro. Para mí, es como sabe mejor. Así, a palo seco, es más difícil de comer. Yo, en esos casos, me la paso con jugo de caña. Nada de esas aguas puercas embotelladas. ¿Hay manera de mandarles unos juguitos? En Tepic te los daban en una bolsa de plástico, con su popote y cerrada con una liga. Ojo: vamos a necesitar muchas bolsas. Hay que preguntarle a Andy si tiene algún amigo empresario que se dedique a eso. O que el Ejército arme una empresa. “Bolsas del Bienestar”. No, “Bolstar” no, Martínez. Suena muy gringo. Claro, capaz que el jugo se sale por el popote y reblandece la caja de huevo.
No quiero ni pensarlo. La otra es que usemos esos frascotes de mayonesa que luego usan para los jalapeños en los tacos de canasta.
—Perfecto, señor. Las Fuerzas Armadas se pueden encargar de eso. ¿Quiere que le actualicemos la cifra de fallecidos?
—No es importante. Hubo suerte con eso: son pocos. De hecho, lo de Acapulco ya quedó resuelto, ¿no? Estaba pensando en darle unos consejos a los de las Grandes Ligas. Mi duda es si usar la mañanera o mandar una carta oficial.
Ramírez, ¿de popularidad cómo vamos? ¿Sigo abajo del de la India?
POR JULIO PATÁN
COLABORADOR
@JULIOPATAN09
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