El beisbol de las Grandes Ligas está vivo, saludable y con buena proyección como uno de los Major sports en los Estados Unidos: el "National Pastime" sigue siendo una fuente de sano entretenimiento para muchas familias de variados países, y a este paso sigue siendo una fabulosa opción.
No es un elogio vano, es total objetividad por los números presentados (ganancia) este año por la misma Major League Baseball y por la trascendencia de los siguientes que ese mismo beisbol tiene como industria para los próximos meses.
Indispensable considerar un punto donde a veces se torna espinoso el asunto de si es tanta dependencia económica de este espectáculo hacia los verdaderos protagonistas: los jugadores.
Punto neurálgico, pues es precisamente donde se debatirán fuertes cantidades de dinero en los (¿posibles?) contratos a firmar en los próximos días, de cara, y dentro de las reuniones correspondientes a los Winter Meetings a celebrarse en la ciudad de Nashville, el mes próximo.
Todo este contexto es para darle su justa medida al nombramiento del jugador más valioso (MVP) correspondiente a cada liga, y es por el tamaño de cada uno de los elegidos, sobre todo Shohei Ohtani, en la Liga Americana, con su segundo nombramiento unánime al liderar a todo Grandes Ligas, con un lugging de .654, un OPS de 1.066, con sus 44 vuelacercas y lanzando para reducir a sus rivales a un minúsculo .184, con 167 ponches en 132 episodios de trabajo, antes de su lesión. Por su parte, para la Nacional tener a otro peloterazo como Ronald Acuña Jr., con sus 41 cuadrangulares con 73 bases robadas para un 40-70 de miedo, conectando nada menos que 217 imparables para también ser unánime.
Si observamos bien, se tienen a dos extranjeros aportando enorme calidad y ambos con unanimidad en la votación como más valioso, el beisbol reconoce a los mejores y… nada más veamos vaya clase de pitcherazos en el Cy Young.
Nadie dudaría de que ahora sí le tocaba en la Americana a un lanzador de esos de antes como Gerrit Cole, quien en los Yankees de Nueva York dejó un gran 2.63 de PCLA al lanzar sus 209 innings y reducir a sus rivales a un controladísimo .206, con la cereza de recibir solo cuatro carreras en sus últimas cinco aperturas, cerrando con una blanqueada de dos hits, colosal. Para el lado de la Nacional ese trabajo de .181, los rivales para un Blake Snell, quien quiso echarse al hombro a los Padres de San Diego, es un mérito reconocido para ganar su segundo Cy Young, nada menos que con 12 aperturas sin recibir rayita, ponchando a 234 osados rivales… ¡wow!
Gunnar Henderson (Orioles de Baltimore) y Colbin Carroll (Diamondbacks de Arizona) como novatos del año brindan perspectiva pues batean palazos, roban bases, muestran cierta serenidad.
Mucho por ese talento joven bien manejado Brandon Hyde, con los Orioles fue reconocido como manager del año en la Americana y también Skip Schumaker, con los Marlines manejando excelente todo ese futuro que se les ve.
POR ALEJANDRO AGUERREBERE
EEZ
