Columna invitada

Quinn

En el viejo palacio del gobierno estatal de Chihuahua, Anthony Quinn recibió un reconocimiento de la gente de cine y de la gente de sus orígenes

Quinn
Antonio Meza Estrada / Colaborador / Opinión El Heraldo de México Foto: Foto: Especial

Serían los últimos meses de su vida que solo él sabía que le quedaban, pero que los aprovechó para venir a reencontrarse con sus orígenes en la tierra rarámuri.

En el viejo palacio del gobierno estatal de Chihuahua, Anthony Quinn recibió un reconocimiento de gente de cine, de la gente de sus orígenes y del gobierno del estado.

Hablando en un español con acento californiano, reconoció a su mamá, y en ella a la gran tradición familiar de los mexicanos. Ese día hizo recuerdos del vigor de la gran comunidad rarámuri, conocida por nosotros como Tarahumara. Recordó a su admirado padre de origen irlandés, que lo marcó de por vida por tesonero y por qué militó en las filas del villismo.

La familia se mudó al sur de California, donde el pequeño Antonio ejerció como jornalero agrícola. Fue dibujante y boxeador; estudió arte y filosofía. Finalmente llega a la meca del cine y despliega todo su potencial humano para la expresión de sueños y sentimientos en el celuloide.
Meses después del homenaje en Chihuahua, cuando el destino lo alcanzó, Anthony Quinn pidió, deseo que se cumplió, que sus cenizas fueran esparcidas en el cañón del cobre en plena sierra tarahumara.

Fue Anthony Quinn, sin duda, un gran actor y un enamorado de la vida. Junto a sus parejas, dejó 12 hijos y, a varios de ellos, les dio la oportunidad de compartir créditos en sus películas.
En 2001 recibió en homenaje la estatuilla con la figura de Zorba el griego, sin duda alguna una de las más emblemáticas películas de su carrera.

Allí, en ese evento, el cónsul de México en El Paso lo saludó; departimos unos minutos y me expresó su preocupación por los migrantes que lo arriesgan todo por ingresar a EU en calidad de indocumentados. Me dijo que le hubiera gustado hacer un filme con ese contenido. Acordamos que en fecha próxima visitará la frontera Juárez-El Paso, compromiso que la vida no le permitió cumplir.

Adiós a don Antonio Reyna, para sus paisanos; Anthony Quinn, para el mundo del cine.

CITA: Meses después del homenaje en Chihuahua, cuando el destino lo alcanzó, Anthony Quinn pidió que sus cenizas fueran esparcidas en el cañón del cobre en plena sierra tarahumara.

POR ANTONIO MEZA ESTRADA 

COLABORADOR

YERBANIS33@GMAIL.COM

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