La encerrona

Destacar el objetivo común

“Tratamos [...] el combate al tráfico de fentanilo y de armas. Avanza sin problemas la política de buena vecindad.” López Obrador

Destacar el objetivo común
Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Históricamente la relación entre Estados Unidos y México se ha visto marcada por los temas económicos, comerciales y, por supuesto, la migración. Sin embargo, en los últimos años (quizá décadas), la atención se ha focalizado en el tránsito ilícito de armas y el combate conjunto a las drogas y a sus cárteles, mismos que en la actualidad se han sofisticado y las sustancias que trafican se han diversificado, pues en los años 80 el principal producto para traficar era el cannabis, posteriormente cocaína y ahora se le suma el fentanilo, opioide sintético que es 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina.

Para ponerlo en perspectiva, este mal uso y consumo masivo del fentanilo ha dejado más de 100 mil muertes desde 2019 en Estados Unidos, provocando una severa crisis en salud pública. De este lado de la frontera, las ciudades donde se ha reportado el consumo de esta droga son, precisamente, las colindantes con el país vecino, dejando a su paso 45 decesos, según la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones, quien además reporta que el consumo y demanda se ha incrementado en 362.5% en el mismo periodo. Números que trascienden a la mera transacción binacional, esta problemática ha llegado hasta las cúpulas de los gobiernos, creando una gran tensión y añadiendo otra vertiente a los comicios electorales en ambas naciones.

Aunque se han generado varias reuniones trilaterales, con representantes de alto nivel Estados Unidos, Canadá y México, así como los discursos pronunciados en la ONU y alguna otra mención se encuentran alineados al combate del tráfico del fentanilo, la realidad es que para nuestros vecinos del norte, los esfuerzos realizados por las autoridades de nuestro país, les resultan insuficientes. Por lo que semanas atrás, desde la Casa Blanca comenzaron a ejercer presión a autoridades mexicanas para reanudar las reuniones de alto nivel acerca sí, de migración, pero con mayor atención a la problemática del fentanilo.

En este sentido, el secretario de Estado, Antony Blinken, arribó a nuestro país este miércoles, acompañado de Merrick Garland para reunirse con el presidente López Obrador y, posteriormente, con la canciller mexicana Alicia Bárcena y con el fin de llegar a acuerdos para el combate en contra de las drogas, puesto que en Washington señalan firmemente a los cárteles mexicanos de fabricar el opioide con precursores adquiridos a empresas chinas y traficar para su país, ya que para Joe Biden es primordial acordar mayores acciones por parte de México para desmantelar las bandas de traficantes de insumos de drogas.

Aún falta que se den a conocer los acuerdos a los cuales se llegaron en esta reunión, pero lo que sí es sabido es que el gobierno estadounidense no escatimará los esfuerzos de que las autoridades mexicanas detengan el tráfico del fentanilo y lo harán mediante presiones con distintos temas, como migración y el control de venta y tráfico de armas, es decir, no sorprendería una ampliación del muro migratorio o que haya cada vez menos registros de los traficantes de armas. Lo que sí es urgente y necesario, es que dicho combate a las drogas se debe dar y se debe llevar a cabo de manera conjunta, EE.UU. y México (Canadá en la medida su correspondencia), con inteligencia, pero también con respeto a la soberanía nacional y con claridad en los objetivos comunes.

POR ADRIANA SARUR

ADRIANASARUR@HOTMAIL.COM

@ASARUR

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