El fondo del meollo

La brutalidad de la NFL

La terrible imagen del defensivo de los Bills, Damar Hamlin, desvaneciéndose sobre el emparrillado en Cincinnati

La brutalidad de la NFL
Gerardo Velázquez de León / El fondo del meollo / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

La terrible imagen del defensivo de los Bills, Damar Hamlin, desvaneciéndose sobre el emparrillado en Cincinnati, tras hacer una tacleada, y el reporte de su traslado a un hospital  en condición crítica, nos regresa a una reflexión que, por la vorágine del día a día, a veces parece olvidarse.

Las conmociones y las lesiones son el gran foco de alarma en la NFL. A nadie se engaña al decir que uno de los grandes atractivos de la NFL, es la fuerza con la que se practica; lo espectacular que puede ser, pero, con ello, también los grandes riesgos de traumatismos y secuelas mortales.

El profundo de 24 años sufrió un paro cardiaco después de realizar una tacleada, informó el propio equipo de Buffalo… ¿Un paro cardiaco como consecuencia del contacto que tuvo en la zona del pecho? Afortunadamente Hamlin fue reanimado y trasladado a un hospital en donde se recupera, pero este episodio, en espera de lo que digan los especialistas, es una secuela de la cantidad de golpes que ha recibido en su vida, desde que inició de niño a jugar equipado y con contacto.

Desde 2002, la NFL ha hecho más de 50 cambios a sus reglas para reducir el riesgo. Sin embargo, la naturaleza del deporte y todo el castigo que han sufrido los jugadores que llegan a profesionales, los hace objetos de peligro constante.

La mayoría de estos cambios han surgido a partir del reconocimiento de la Liga (que no llegó hasta 2016) de las lesiones cerebrales y terribles secuelas, para los jugadores por los fuertes golpes en la cabeza y las conmociones que han generado la ETC (encefalopatía traumática crónica).

Hace apenas un par de años, un estudio señaló que los jugadores profesionales de futbol americano, tenían tres veces y media más posibilidades de morir por una enfermedad neurodegenerativa. Y más, si no se atiende y se ejecuta el protocolo establecido por la misma NFL como debe ser.

Como ejemplo, lo sucedido con el quarterback de los Dolphins de Miami, Tua Tagovailoa, quien, en la Semana 3 ante los Bills, mostró síntomas de conmoción tras un golpe, pero regresó a jugar; no solamente eso, sino que también lo hizo unos días después ante los Bengals. En ese duelo frente a Cincinnati, el QB salió conmocionado y tuvo que ir al hospital. Las críticas sobre la NFL y el equipo fueron inmediatas. 

Él regresó en la Semana 7 y, tras el último juego de Dolphins frente a los Patriots, fue puesto de nueva cuenta en el protocolo.

También hay que mencionar lo ocurrido con Matthew Stafford, de los Rams, quien tras un fuerte golpe en el cuello en la Semana 11, ante los Saints, no seguirá en la temporada; pero no solamente eso, sino que podría terminar su carrera ante el peligro de que otro mal golpe en el cuello pueda tener peores consecuencias a futuro.

La brutalidad de la NFL, esa que lo hace un deporte tan espectacular, mantiene en peligro a sus jugadores. Hay avances en la prevención, cambios en las reglas, y el trabajo constante de la Liga con la Asociación de Jugadores, pero la naturaleza del deporte es lo peligroso.

POR GERARDO VELÁZQUEZ DE LEÓN
COLABORADOR
@gvlo2008

MAAZ

 

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