DESDE AFUERA

"Topes" a la integración regional

La presencia de Lula fue sin duda el catalizador del encuentro, no sólo como Presidente del país más grande de la región, sino como líder de la izquierda

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Tal como están las cosas, tal vez lo mejor que se puede decir de la VII Cumbre de Líderes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) es que se realizó, que cumplió el compromiso de subrayar la imagen del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y la variedad de la izquierda regional.

La sesión puso de relieve que el concepto de democracia es distinto para diversos países, o al menos para las formaciones políticas progresistas que ahora conforman la mayoría de gobiernos anotados en la CELAC y que lo que es aceptable para algunos países no lo es para otros.

Pero mayoría no es unanimidad y las divergencias y contradicciones fueron evidentes. A comenzar por el aparente deseo de Argentina y Brasil de dar preferencia al fortalecimiento de mecanismos de integración económica como la Unión de Naciones de América del Sur (Unasur) y muy en especial el Mercado Común del Sur (Mercosur), donde los socios pequeños (Paraguay y Uruguay) han expresado su incomodidad con lo que consideran la manipulación de Argentina y Brasil.

La presencia de Lula da Silva fue sin duda el catalizador del encuentro, no sólo como Presidente del país más grande de la región, sino como líder de la izquierda continental.

¿Deveras son Cuba, Nicaragua y Venezuela los mejores aliados diplomáticos que México podía conseguir para promover su postura de condena al actual gobierno peruano?

Fueron esos cuatro países los que promovieron, sin lograrlo, una condena de la situación en Perú, donde promueven la reposición del defenestrado Pedro Castillo en la Presidencia, mientras naciones como Brasil y Chile criticaban la represión ejecutada por el gobierno de Dina Boluarte.

Pero a diferencia del gobierno de Andrés Manuel Lopez Obrador, sin duda alguna electo de forma democrática, los gobiernos de Venezuela y Nicaragua fueron criticados abiertamente por el mandatario chileno, Gabriel Boric, por las elecciones más que dudosas y sin oposición en el primer caso y el encarcelamiento previo de posibles competidores –ahora presos políticos– en el segundo.  Boric condenó la represión en Perú, pero no fue más allá, como tampoco lo hicieron Brasil y otras naciones de la región.

Y eso sin contar el abierto reproche del uruguayo Luis Lacalle Pou, al tinte ideológico que en su opinión se pretende dar a la CELAC.

Con todo, la designación de Ralph Gonçalvez, primer ministro de San Vicente y las Granadinas, fue vista como un guiño a Nicaragua y Venezuela. En qué medida las divergencias puedan pesar a futuro es algo que nadie sabe, pero el intento de crear una agrupación continental alterna a la OEA, o incluso un grupo coordinador para dialogar con potencias extrarregionales, es una tarea mucho más difícil que lo aparentemente esperado por los que podrían definirse como líderes del movimiento, Argentina, Brasil y México (aunque el papel del gobierno mexicano en el relanzamiento de la CELAC haya sido minimizado durante el encuentro).

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE1