PANORAMA INTERNACIONAL ANÁHUAC

Son nuestros jóvenes

Deja de ver al joven sólo como un posible contribuyente al desarrollo, expone a todos los sectores de la comunidad internacional los desafíos a los que se enfrentaban (y se siguen enfrentando) las y los jóvenes

OPINIÓN

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Catherine Prati Rousselet / Panorama Internacional Anáhuac / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Veinte por ciento de la población mundial tiene entre 15 y 24 años. En México, el Consejo Nacional de Población estima que las y los jóvenes representan casi un tercio de la población. Por su parte, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia considera que, en nuestro país, 51% de los niños, niñas y adolescentes viven en situación de pobreza. 4 millones viven en pobreza extrema.
Después de la Declaración sobre el Fomento entre la Juventud de los Ideales de Paz, Respeto Mutuo y Entendimiento entre los Pueblos (1965), la ONU ha promovido una serie de iniciativas donde reconoce el importante papel de las y los jóvenes.

El décimo aniversario del Año Internacional de la Juventud marcó un cambio en la percepción toda vez que el Programa de Acción Mundial para los Jóvenes (1995) plantea “pautas prácticas para la acción nacional y el apoyo internacional para mejorar la situación de los jóvenes en todo el mundo”. Deja de ver al joven sólo como un posible contribuyente al desarrollo, expone a todos los sectores de la comunidad internacional los desafíos a los que se enfrentaban (y se siguen enfrentando) las y los jóvenes.

La Agenda 2030 reconoce a las y los jóvenes como agentes de cambio “encargados de explotar su propio potencial” y “asegurar un mundo apropiado para las generaciones futuras”: una dura responsabilidad cuando la sociedad está en deuda con los sectores más vulnerables.

En el informe “Violencia, niños y crimen organizado” la Comisión Interamericana de Derechos Humanos describe cómo los adolescentes de los barrios marginados son identificados como “potenciales peligros sociales” cuando “muchos de ellos sufren violencia, abusos y negligencia en sus hogares, comunidades y escuelas, por parte de adultos”.

Creada en 1997, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) ha implementado a nivel global la iniciativa “Juega, Vive” (“Line Up, Live Up”, 2017) que tiene por objetivo “fortalecer la resiliencia en jóvenes para reducir el reclutamiento por pandillas y redes de crimen organizado”. Colma en un ambicioso programa permanente e integral los valores del

Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz, instituido en 2013. En el contexto deportivo, los educadores proporcionan a las y los adolescentes las herramientas para una sana convivencia social.

Recientemente, UNODC México dio a conocer, en el marco de la Semana del Arte y de la Cultura como Instrumentos de Paz, los avances del programa: capacitación de funcionarios de las entidades federativas en los principios de los programas globales, dignificación de espacios públicos con la amplia participación de juventudes quienes colaboran como “constructores de paz para prevenir la violencia y generar la paz” como alentó la resolución 2250 del Consejo de Seguridad.

¿Qué nadie se quede atrás? ¿En verdad?

POR CATHERINE PRATI ROUSSELET

COORDINADORA DE POSGRADO Y EDUCACIÓN CONTINUA. FACULTAD DE ESTUDIOS GLOBALES. UNIVERSIDAD ANÁHUAC MÉXICO

@CATHPRATI 

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