La presencia de elementos de la Guardia Nacional en el Sistema de Transporte Colectivo Metro puede resultar un arma de dos filos para el gobierno de la Ciudad de México.
Con los elementos de las Fuerzas Armadas para evitar los supuestos sabotajes en los trenes y la red del Metro, la administración capitalina se pone sola contra las cuerdas. Vimos ayer lo que pasó en la Línea 7, donde se desprendió un vagón de otro vagón y se escuchó un fuerte estruendo frente a la mirada atónita de la Guardia Nacional.
Los elementos fueron mudos testigos de la situación real y quedaron atónitos de que la falla más reciente tiene que ver con los años de funcionamiento y falta de mantenimiento del sistema y de los carros. Esas imágenes son poderosas y derriban las versiones de que las incidencias son provocadas.
Si bien las opiniones públicas que se tienen de la Guardia son positivas y parecen ayudar de momento a mejorar la percepción de las autoridades capitalinas, debido al nivel de aprobación con que cuenta la corporación, la repetición de accidentes e incidentes en el Metro va a provocar una crisis más severa al Metro y al Gobierno local que se niega a reconocer las fallas y deficiencias en el funcionamiento de ese medio por el que se mueven alrededor de 5 millones de personas cada día. Al gobierno local se le acaban los culpables, la GN lo está atestiguando. Que la autoridad insista en que son hechos provocados puede dañar la credibilidad de la institución policiaca y difícilmente se podrá cambiar la historia verdadera de que son las incapacidades de malos gobiernos los que tienen al Metro en el peor estado de su historia.
Los adversarios y exgobiernos de otros partidos o los neoliberales de siempre no podrán ser señalados esta vez de que heredaron las desgracias, ni modo que le pongan el dedo a Oscar Espinosa Villareal, que, gracias a él, se encuentra el Metro en muy malas condiciones, ya que hace 26 años el PRI perdió la capital, es decir, la mitad de la vida del Metro fue manejado por experredistas (la mayoría hoy en Morena). En la primera mitad de existencia del transporte sólo se recuerda un accidente grave cuando dos trenes de la Línea 2, que va de Cuatro Caminos a Taxqueña, chocaron a la altura de la estación Viaducto el 20 de octubre de 1975.
Por todo lo anterior es que la presencia en el Metro de la Guardia Nacional representa un arma de dos filos para el gobierno de la Ciudad de México. La pregunta es si a quién se le ocurrió dicha estrategia valoró los riesgos y las implicaciones de que aún con la vigilancia de las Fuerzas Armadas los accidentes e incidentes no van a terminar. Urge que se acepte la realidad, de que al menos al Metro y a los usuarios le fallaron estos 26 años y se tomen cartas en el asunto.
•••
Uppercut: Una mujer del Norte del país será la nueva subsecretaria de Seguridad Ciudadana. Va un tip, ya está en la dependencia desde hace unos meses y llegó ahí después de perder una campaña electoral.
POR ALEJANDRO SÁNCHEZ
CONTRALASCUERDASMX@GMAIL.COM
@ALEXSANCHEZMX
PAL