COLUMNA INVITADA

De amarillismo y odio

Hay dos muestras de esta batalla que no debemos pasar por alto como sociedad: la filtración del informe de la Comisión de Ayotzinapa en manos de la FGR, por el diario reforma y lo sucedido en redes sociales entre Beatriz Gutiérrez y Chumel Torres

OPINIÓN

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Daniel Serrano / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Nuestro país atraviesa por un proceso de transformación, el cambio de gobierno ha detonado una reconfiguración tal que se puede decir que estamos ante una refundación, quizá la característica pacífica o que haya sido producto de una justa electoral no permita aquilatar la importancia de lo que estamos viviendo. Los cambios en nuestro país solían ser violentos, traumáticos y quizá por ello hay quien soslaya el proceso que encabeza AMLO y quizá sea la misma razón por la que tanto en redes sociales como en medios convencionales sean las posiciones más agresivas e incitadoras al odio las que ocupen la mayor relevancia. 

¿Y esto por qué es un asunto de todes? Cuando en el Edomex se dio a conocer que el resultado de la encuesta de Morena favorecía a la Maestra Delfina Gómez Álvarez, rápidamente se activó una andada de comentarios en contra de la Maestra, comentarios clasistas, racistas, desinformados  pero también desinformadores y aunque duele decirlo, es muy probable que esa sea la tónica de la campaña del 23, el proceso de cambio que vivimos cotidianamente no sólo está a nivel de acciones gubernamentales, las tensiones diarias no son sólo asuntos presupuestales. No. En el fondo hay una disputa de principios, de valores, de derechos, de libertades. En México libramos hoy una batalla cultural que trata de hacer justicia y poner en el centro a quienes habían sido relegados por décadas, redistribuir a las grandes mayorías lo que un puñado se había apropiado, no sólo son recursos o políticas públicas. En México y en el Estado de México hay una batalla por el derecho a la felicidad. 

Hay dos muestras de esta batalla que no debemos pasar por alto como sociedad: la filtración del informe de la Comisión de Ayotzinapa en manos de la FGR, por el diario reforma y lo sucedido en redes sociales entre Beatriz Gutiérrez y Chumel Torres. El primer caso debe abrir un profundo debate sobre el periodismo en nuestros tiempos, cómo se construyen las agendas de los medios; la relevancia de quienes financian a los propios medios y cómo impactan sus líneas editoriales; el uso mañoso y discrecional del llamado “dato duro” fuera de contexto para probar una supuesta verdad; la evidente animadversión de periodistas hacia actores políticos específicos y finalmente, el rol del periodista hoy, por quién toma partido, ¿por la sociedad, por la verdad, por sí mismo, por la vanidad, por la fama a costa de lo que sea y de quien sea? 

En el caso de lo sucedido entre Beatriz Gutiérrez y Chumel Torres, es este último un botón de muestra del odio y del clasismo cotidiano en redes sociales. Llamar “naquísima” a una persona es sencillamente reprobable, que lo haga alguien con el alcance en redes como Chumel no es una ingenuidad, ni casualidad, es un hecho deliberado y que pretende normalizar la denostación, el clasismo y el racismo que justamente se intenta erradicar desde el propio gobierno del país. No importa si se está a favor de la 4T o en contra, el amor y los argumentos serán siempre el camino. 

POR DANIEL SERRANO
LIDERAZGO POLÍTICO DE IZQUIERDA EN EL EDOMEX

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