COLUMNA INVITADA

¿Qué tiene en común el metaverso y los bonos de carbono?

El corazón de la propuesta de Victoria Ecosystems es hacer más redituable proteger los ecosistemas que depredarlos, mediante la tecnología

OPINIÓN

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Itziar Gómez / Colaboradora / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

No es secreto que nuestro país destaca por su espíritu emprendedor. Ya la consultora Ipsos destacó a México como una de las cinco naciones con un mayor espíritu de emprendimiento, muy por encima de Estados Unidos, Alemania o Japón, que tradicionalmente se vinculan con el emprendimiento.  

Por ende, no me sorprende saber que durante los primeros días de septiembre se lanzará una plataforma que revolucionará los bonos de carbono, los activos digitales intangibles (NFT) y la manera en la que resolvemos la ecuación de cómo hacer que proteger el medioambiente sea rentable.  

Este proyecto lleva por título Victoria Ecosystems. Tres de sus cuatro fundadores son mexicanos: Constanza Gomez Mont, Christopher Córdova y Luis Rossano. La cuarta fundadora es Gold Hood, quien es una de esas mentes brillantes que comenzó sus estudios de ingeniería en Estados Unidos a la edad de 14 años.  

El corazón de la propuesta de Victoria Ecosystems es hacer más redituable proteger los ecosistemas que depredarlos, mediante la tecnología. La idea de los fundadores es producir resultados económicos para quienes posean reservas naturales, de manera que les sea atractivo y fructífero cuidar el medioambiente.  

Y aquí entran los bonos de carbono. El comercio de bonos de carbono ayuda a las empresas, y al mundo, a alcanzar los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, cuya meta — de acuerdo con el Acuerdo de París— es alcanzar cero emisiones en 2050. Derivado de este objetivo, el Instituto Internacional de Finanzas, en conjunto con McKinsey, estima que la demanda de bonos de carbono podría aumentar en un factor de 15 para 2030 y en un factor de hasta 100 para 2050. En general, su mercado podría valer más de 50 mil millones de dólares en 2030. 

Muchas empresas calculan que lograrán su meta de reducción de emisiones mediante el uso de nuevas tecnologías o a través de la inclusión de fuentes de energía limpia. Sin embargo, hay algunas industrias que no pueden alcanzar el objetivo de manera natural.  

La compra de bonos de carbono es una vía en la que las empresas pueden mitigar las emisiones que no pueden reducir en sus procesos. Los bonos de carbono representan cantidades de gases de efecto invernadero que se han mantenido fuera del aire o eliminado de él, a través de la protección de la biodiversidad, de las reservas naturales y de la prevención de la contaminación. 

Si bien los bonos de carbono han estado en uso ya desde hace varias décadas, el mercado ha crecido significativamente en los últimos años. McKinsey estima que, en 2020, las empresas invirtieron en el retiro de 95 millones de toneladas de dióxido de carbono mediante los bonos, más del doble que en 2017. 

Dado el crecimiento de la demanda, el mundo necesitará un mercado de bonos de carbono cada vez más transparente, verificable y cuyo impacto positivo en el medio ambiente sea comprobable. Sin embargo, el mercado actual está fragmentado, es muchas veces cuestionable y es complejo seguir la ruta que permita confirmar que es genuino. 

Con esta problemática en mente, Victoria Ecosystems creó una plataforma que le ofrece a los tenedores de tierra un modelo de negocio donde al cuidar la biodiversidad de su ecosistema genere compensaciones de carbono. La plataforma, a su vez, realizará un gemelo digital de su ecosistema en una plataforma de blockchain y de inteligencia artificial, lo cual permitirá a los inversionistas de NFT y compradores de los bonos de carbono verificar su autenticidad mediante imágenes satelitales y una colmena de sensores (cuya patente es mexicana). 

Quienes adquieren actualmente bonos de carbono reciben únicamente un PDF con el certificado. La diferencia de Victoria Ecosystems es que ofrecerá todo un metaverso donde los compradores de los bonos de carbono o de los NFT podrán verificar en tiempo real el efectivo cuidado de la biodiversidad en cuestión y transparentar su adquisición, eliminando el llamado greenwashing… Todo con un proceso automatizado.  

Actualmente, la plataforma cuenta ya con cinco reservas: en México (Baja California), Brasil, Ecuador, Francia y Níger. El objetivo es que este blockchain medioambiental alcance cerca de 100 reservas durante el primer año de operación. 

Uno de los embajadores del proyecto es Ricardo Weder, el CEO de Jüsto… Vale la pena seguirle la pista a este startup por varias razones: porque tiene un fin no solo loable, sino extremadamente necesario… Y porque podría ser la próxima empresa unicornio mexicana. 

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POR ITZIAR GÓMEZ JIMÉNEZ
DIRECTORA DE PLASMAR COMUNICACIÓN

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