ARTICULISTA

Marta Palau (1934-2022)

Dicho en palabras de Emilio Carballido: “tienes entre tus manos un mundo entero y complejo: el de Marta Palau, una mujer que crea sin que sepamos qué, ni a dónde va"

OPINIÓN

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Bernardo Noval / Articulista / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Marta Palau estableció un lazo estrecho con el pueblo mexicano. Inició cuando la artista, siendo apenas una niña, abandonó su tierra natal a causa de la guerra civil española. México la recibió con los brazos abiertos y, desde ese momento, su vínculo con nuestro país se enraizó de forma profunda.

La artista, merecedora del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2010, transitó, por más de 40 años de trayectoria artística, explorando diversos caminos; son todos trayectos definidos por una constante experimentación técnica en la que los materiales flexibles, casi siempre naturales, constituyeron la materia prima que utilizaba en grabados, pinturas, textiles, cerámicas, esculturas e instalaciones, para formar ese universo tan personal y, a la vez, tan universal. Dicho en palabras de Emilio Carballido: “tienes entre tus manos un mundo entero y complejo: el de Marta Palau, una mujer que crea sin que sepamos qué, ni a dónde va”. 

Se dice que los planteamientos estéticos de Marta Palau tienen que ver con primitivismos —tan señalados en las obras de numerosos artistas plásticos contemporáneos de aquí y de todas partes de occidente, que del mismo modo han desarrollado sus búsquedas artísticas en las culturas primigenias— así como con las cosmogonías, los mitos y las creencias religiosas ancestrales. Lanzó un grito de regreso a la naturaleza, a lo primigenio, de respeto a la tierra, a la unidad perdida del hombre con el entorno, hizo realidad lo que Paul Gauguin dice en sus escritos salvajes: “el arte es una abstracción que hay que sacar de la naturaleza, soñando frente a ella”.

Fue así como a lo largo de su vida, Palau se destacó por evocaciones arcaicas y recurrencia a temas prehispánicos, a través de materiales que se relacionan cosmogónicamente con lo femenino como el henequén o el amate. Para la creadora, las relaciones entre el tejido, la cerámica, la escultura y el quehacer manual de las mujeres a lo largo de la historia, tenían referencia al origen de la vida.

Fiel a su pensamiento liberal y a la convicción del poder colectivo del arte, Marta Palau participó en el Salón Independiente, creado en 1971 por artistas como Manuel Felguérez, Francisco Icaza, Brian Nissen, entre otros,  con la intención de consolidar un espacio de exhibición, reflexión y experimentación artística, de tal forma que se democratizaran los procesos creativos y se fomentara la integración social del arte.

Por otro lado, su trabajo también tuvo una fuerte influencia de las pinturas rupestres de Baja California, y fue tanto el impacto de esta región que la artista se relacionó estrecha y personalmente con algunos de los grupos que aún residen en el norte, tal como los cucapá, los cochimíes o los pai-pai de quienes aprendió técnicas tradicionales y lenguajes plásticos que tradujo en temáticas actuales. Asimismo, desde los años 90, algunas de sus obras hacían referencia a las Naualli –palabra náhuatl que denomina a hechiceras, brujas y mujeres protectoras– y realizó numerosas series cuyo argumento principal giró en torno a este concepto.

Palau fue la mayor escultora de textil en México dentro del ámbito cultural nacional e internacional. Ya sea como artista, curadora o promotora, su huella es imborrable en el terreno creativo; señal que, a su vez, marcó una pauta para artistas de otras generaciones.

POR BERNARDO NOVAL
CEO MUST WANTED GROUP
@BERNIENOVAL Y @MUSTWANTEDG

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